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Victoria colectiva con sabor a Victor Mesa

Victoria colectiva con sabor a Victor Mesa

  ¡Ponche!: convincente último out en el noveno ining (Foto del autor)

 

Por Joel Lachataignerais Popa jlpopa@enet.cu  joecklouis@gmail.com

 

Después de un disfrutado tope entre los equipos de beisbol de Estados Unidos y Cuba, los aficionados marcaron su preocupación por el torneo de la “Semana beisbolera de Haarlem”; a mí también, aunque siempre pienso que para saber si un equipo es bueno, también debe probar las derrotas, que hacen que el estado de ánimo se crezca.

La presentación cubana fue errática en el torneo. Propio de quienes desconocen el terreno adonde se desarrolla una acción, no desconocedores del oficio, sino desconcertados, además porque es un conjunto al que le falta mucho en cuando a sicología de grupo.

Según los más entendidos, hay mecanismos del juego que todavía deben ser bien entrenadas, para conseguir que ese colectivo de poderosos brazos, pueda rendir con el bate en las manos, el corrido de bases y en particular desde la posición de lanzadores. Que son cosas que aprecio, pero no cuento con aval tecnológico mas allá de haber jugado muy mal con pelotas de goma y “al flojo”, en la niñez.

Seguí todos los juegos. Como lo que sí puedo hacer es entrenarme en la fotografía, lo hice, para tratar de obtener una imagen para mi blog y otras para faceook, pero por sobre todo, porque deseaba admirar a los que fueron a buscarnos la alegría allá tan lejos.

Vencimos a Estados Unidos, que es un equipo bien preparado – aunque digan que le falta esto y aquello – y después le dimos opción a Puerto Rico para el segundo puesto, a pesar de que este sí convenció derrotando a todos con una fortaleza que marcará su futuro.

Me gusta la estrategia de Víctor de buscar en todos el potencial que se necesita. Es como darle a cada cual una lección de que individualmente lo que se debe hacer es aportarle al colectivo, pues a la pelota se juega entre todos.

Entre todos los pitchers pusieron su aliento para alcanzar las victorias, y la sangre joven se hizo sentir. Así será cuando la espiritualidad a la ofensiva salga del mutis.

El triunfo, después de largos años fue una victoria colectiva con sabor a Victor Mesa.

 

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