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DEPORTES

Héctor Rodríguez: Evocaremos con el corazón tu noble recuerdo

Héctor Rodríguez: Evocaremos con el corazón tu noble recuerdo

El eterno periodista depoortivo vivirá en el ejempolo de su profesionalismo

 

Joel Lachataignerais Popa jlpopa@enet.cu  joecklouis@gmail.com

  

Fue durante una lejana reunión de Subdirectores de Información de la Radio Cubana, y a través de un ocasional, cuando conocí personalmente a Eddy Martin y Héctor Rodríguez, ese mismo instante supe, por intermedio de ellos, de la existencia del corresponsal voluntario deportivo tunero, del municipio de Jobabo, Evaristo barrios, con quien a partir de 1980, sostuve una estimable relación profesional de alta familiaridad periodística.

Fueron los primeros en decirme que Evaristo era un ejemplo del prototipo de corresponsal voluntario deportivo que se necesitaba, un paradigma de periodista deportivo de pueblo.

Contaron que lo conocieron mediante una información que les envió a una trasmisión de pelota que realizaban en Pinar del Río. Se trataba de un encuentro  entre una novena de Jobabo y otra de un municipio de Pinar. Como quiera que Jobabo perdiera, él estaba interesado en dar a conocer en la emisora pinareña el resultado final del juego; aquel suceso se repitió otras veces. Por eso el concepto que emitieron sobre el amigo jobabense.

Al leer la nota de Granma, en que se anuncia el fallecimiento de este extraordinario comentarista deportivo, esta imagen fue lo primero que regresó a mi memoria. Había sucedido en el Circulo Social Obrero que reunía cotidianamente a los trabajadores de la Radio y la Televisión en La Habana.

Muchas emociones pasaron por mi memoria, y con fuerza tremenda la descripción de la medalla de oro de Juantorena en Montreal, que conservo grabada en mi modesto archivo. No olvidaré cómo Héctor parecía que quisiera empujar al  olímpico velocista cubano con aquella frase que repitió con firmeza a medida que Alberto se acercaba a la meta:

“Juantorena, con el corazón; Juantorena con el corazón, Juantorena con el corazón”. Hasta que, finalmente, su voz, casi quebrada pro al emoción, brilló en una exclamación de fuerza inolvidable. MEDALLA DE ORO PARA ALBERTO JUANTORENA….

Admiré siempre su limpia ética. El rigor que se apoderó del éter y la tv cubanas, en un trío que ya no está entre nosotros: Eddy Martin, José Antonio Salamanca y el propio Héctor… Y leí con esa misma admiración su comentario publicado en Granma, pocas horas después de que Ciego de Avila se coronó Campeón. Allí coincidimos en muchas ideas.

Su cátedra quedará por siempre. No olvidaremos su sonora voz. No será posible reducir al olvido a quien   legó siempre su amor por el deporte con el mismo temple que lo prodigó en un escaño de la Asamblea Nacional y con él, se sembró como jardín de héroe en el corazón de cada cubano deportista y revolucionario.

Héctor: así evocaremos con el corazón, tu noble recuerdo.

Victoria colectiva con sabor a Victor Mesa

Victoria colectiva con sabor a Victor Mesa

  ¡Ponche!: convincente último out en el noveno ining (Foto del autor)

 

Por Joel Lachataignerais Popa jlpopa@enet.cu  joecklouis@gmail.com

 

Después de un disfrutado tope entre los equipos de beisbol de Estados Unidos y Cuba, los aficionados marcaron su preocupación por el torneo de la “Semana beisbolera de Haarlem”; a mí también, aunque siempre pienso que para saber si un equipo es bueno, también debe probar las derrotas, que hacen que el estado de ánimo se crezca.

La presentación cubana fue errática en el torneo. Propio de quienes desconocen el terreno adonde se desarrolla una acción, no desconocedores del oficio, sino desconcertados, además porque es un conjunto al que le falta mucho en cuando a sicología de grupo.

Según los más entendidos, hay mecanismos del juego que todavía deben ser bien entrenadas, para conseguir que ese colectivo de poderosos brazos, pueda rendir con el bate en las manos, el corrido de bases y en particular desde la posición de lanzadores. Que son cosas que aprecio, pero no cuento con aval tecnológico mas allá de haber jugado muy mal con pelotas de goma y “al flojo”, en la niñez.

Seguí todos los juegos. Como lo que sí puedo hacer es entrenarme en la fotografía, lo hice, para tratar de obtener una imagen para mi blog y otras para faceook, pero por sobre todo, porque deseaba admirar a los que fueron a buscarnos la alegría allá tan lejos.

Vencimos a Estados Unidos, que es un equipo bien preparado – aunque digan que le falta esto y aquello – y después le dimos opción a Puerto Rico para el segundo puesto, a pesar de que este sí convenció derrotando a todos con una fortaleza que marcará su futuro.

Me gusta la estrategia de Víctor de buscar en todos el potencial que se necesita. Es como darle a cada cual una lección de que individualmente lo que se debe hacer es aportarle al colectivo, pues a la pelota se juega entre todos.

Entre todos los pitchers pusieron su aliento para alcanzar las victorias, y la sangre joven se hizo sentir. Así será cuando la espiritualidad a la ofensiva salga del mutis.

El triunfo, después de largos años fue una victoria colectiva con sabor a Victor Mesa.

 

Cuba en la final de la Liga Mundial del Voli

Cuba en la final de la Liga Mundial del Voli

 Cubanos y japoneses se saludan al concluir el encuentro.

 

Joel Lachataignerais Popa jlpopa@enet.cu joecklouis@gmail.com

 Crecidos los muchachos de la selección masculina de voleibol, lograron derrotar a Japón, con empleo de los jugadores más descansados. Regalaron una excelente forma a sus seguidores, no solo cubanos, sino de otras partes del mundo.

Se les vio con un juego más orgánico y decidido, aunque a ratos con erráticas decisiones y pequeños lunares en los más jóvenes.

Solo dos derrotas, les dieron la valía para liderar su grupo y ahora esperan por el programa que definirá hora de juego y elenco contrario, con el objetivo de emplearse a fondo en pos del primer lugar de la Liga, que se jugará del 4 al 8 de julio en Sofía, Bulgaria.

La foto, tomada por televisión, muestra el momento en que se iniciaba el saludo de los japonenses a los cubanos, después de ser vencidos.

Cuba ganó el primero 25 a 17 y el segundo 25 por 15, pero los japoneses se reviraron en el tercero y consiguieron anotar 25 veces dejando atrás a los antillanos que no pasaron de 21, pero en el cuarto, volvió el estado normal de los cubanos que hicieron rápidamente 25 tantos contra 19 los del Sol Naciente.

Tendremos un periodo veraniego y vacacional de lujo televisivo, en que el deporte reinará.

Comenzará con la final de la Liga Mundial del Volibolibol, seguirá con un torneo que esperamos siempre y ansiamos, porque n os gusta el desempeño de cubanos y norteamericanos en la pelota y culminará con los juegos olímpicos, todos en vivo y desde sus respectivas sedes.

Las Tunas: Los leñadores no están ponchados

Las Tunas: Los leñadores no están ponchados

…esta tela espera el futuro que no es lejano.

 

Joel Lachataignerais Popa  jlpopa@enet.cu  joecklouis@gmail.com

 

En mi punto de vista desde hace casi 20 años, esta etapa de la vida es la que le corresponderá a los tuneros ascender alguna vez a los sitios de líderes del béisbol en Cuba.

Tienen muy bien escogido el título que les da promoción LOS LEÑADORES.

Así los hemos conocido desde hace unos años para acá. Verlos jugar con un público identificado plenamente con su gran honra en cada jugada, es una emoción inmensa, les han seguido todo el tiempo ciudadanos de todas las edades, profesiones y rangos.

Los avileños, les dieron delante por escasos mecanismos que no les funcionaron a la hora buena.

La película se volverá a repetir en la serie 52, y los volveremos a admirar votando pelotas, fildeando de maravillas, corriendo bases con fuerza y dignidad, y con un conjunto que ya tiene hombres que hacen historia con sus nombres, junto al ya legendario Joan Carlos Pedroso… y lo que más necesario fue hace ya años, les crecerá: los pitchers, pues los noveles procedentes de juveniles y bisoños novatos, ascenderán en edad y experiencia y se dejarán sentir con fuerza en sus lanzamientos y control victorioso.

Y habrá un hombre de vergüenza frente a ellos, un Juan Miguel Gordo, más hecho y listo para volver a subir los escaños frente a aquellos que, sin dudas, irán descendiendo y abriendo pasos a los que como Granma, Matanzas, tomar el camino, con sus deficiencias aún, pero iluminando el derrotero a seguir.

Ese es mi punto de vista que manejo desde hace varios años, con perdón de quienes de verdad zona autoridades en estas lides, quienes también merecen reconocimientos, por el apoyo divulgador y de enseñanzas que brindaron mediante la Revista DOBLE PLEI, de la emisora CMLL Radio Victoria de Las Tunas, eso valiosos hombres que forman un equipo firme: Albert Blanco Zayas, Hirán Sánchez Cajides y Reynier Batista.

El Estadio Julio Antonio Mella, protagonista de muchas acciones emocionantes cargado de un público batallador que les acompañó con la consigna ¡SI SE PUEDE!, volverá a tender sobre sus bancadas, ese cartel hermoso, pletórico de identidad y amor que leímos cada vez. LEÑADORES CAMPEON!

LA PELOTA: ESA PASIÓN

LA PELOTA: ESA PASIÓN

Por: Joel Lachataignerais Popa          

 jlpopa@enet.cu  joeklouis@gmail.com

 

Aunque me digan que el fútbol es lo máximo, prefiero la pelota, el béisbol, o baseball. No sólo porque a los cubanos nos guste tanto, es que me resulta aburrido el ‘corre – corre’ que se arma durante largo tiempo detrás del balón y a veces termina con un incomprensible resultado de empate. Además, es insoportablemente violento y a la vez influye egoísmo y falsa superioridad. Claro, también honor y gloria. No lo niego. La pelota no, la pelota es la pelota, sobre todo en Cuba.

Entre las actividades que más entretiene a los niños cubanos se encuentra la ‘pelota’, ese deporte que aprendí a leer en inglés BASEBALL y que realmente sería algo así como decir base bola. Con mi hermano Edel y teniendo como público a mis hermanas Isel y Dubel, Zenaida, mi madre y Luis Felipe, mi padre, utilizábamos el patio de las casas – según donde estuviésemos – y allí dábamos la voz de ‘play ball’, es decir: ¡a jugar!.

A veces teníamos una pelota de goma que ‘Santa Claus’ disfrazado de papá nos dejaba en algún lugar de la habitación que ocupábamos para dormir. En oportunidades en la finca santiaguera, entre las lomas que esconden la bella ciudad del Oriente cubano, alguien nos prestaba una pelota que fabricaban utilizando un corazón de cuero al que le situaban envuelto en redondo fibras de hilo duro y luego forraban con ‘esparadrapo’: eran realmente buenas y duras pelotas; pero en muchísimas ocasiones usábamos recortes de ‘tuza’ de maíz, es parte dura donde se alojan los granos, que alguien  -el tío Carlos, por ejemplo- se encargaba de hacer bien pequeño y algo redondo para que los niños imaginaran el esférico necesario para recibir, tirar y batear.

Por la radio escuchábamos los juegos de pelota. Recuerdo los equipos: Habana, Almendares, Cienfuegos… tenían colores: el azul, el verde, el rojo y el anaranjado. También tenían una mascota representativa: el elefante, el alacrán, el tigre y el león. A mi me afiliaba el color azul… pero aquellos animales no me eran muy familiares, no me afiliaba a ninguno.

Había un narrador que solía emitir una imagen del bateador ponchado que recuerdo bien: ‘Se quedó con la carabina al hombro’, a veces alguno de los actuales comentaristas rememoran aquella descripción del hombre que no logra batear y se va al banco con  tres strikes.

Crecí oyendo hablar de pelota, defendiendo que debía escribirse baseball y pronunciarse béisbol, pero realmente aprendí a conocer bien el juego cuando estaba en el Servicio Militar, cuando una amiga me hizo frecuentar en La Habana el Estadium del Cerro, hoy Latinoamericano, donde me obligaba a escuchar la transmisión por radio y mirar al campo… y aprendí bastante, lo mínimo máximo.

Ahora tenemos equipos que representan muy bien el país. En cada municipio hay un conjunto que hace la temporada provincial de donde salen los jugadores que integran el elenco que defiende a la provincia y de ese grupo de equipos se escogen los que nominan el equipo CUBA, que luego batalla en centroamericanos, panamericanos, mundiales, copas de diversas nominaciones, y nos traen el alegrón o la congoja.

Desde hace varios años en mis conversaciones con amigos, mi análisis indican que desde 2007,  los equipos de provincias menos favorecidas históricamente, alcanzarán el triunfo progresivamente y que aquellas ‘estrellas’ deberán ahora esperar varios años para derrotarlas. De modo que veremos en el trono a Ciego de Ávila, Isla de la Juventud, Guantánamo, Las Tunas, Granma, Holguín… mientras Pina del Río, Industriales y Santiago de Cuba, deberán esperar su tiempo. Mi imaginación, que tiene resultados ya, aprecia también fuertes encontronazos, pues esta figura, introduce alta competitividad.

El domingo primero de noviembre comenzó la Serie Cuarenta y Nueve: La Habana contra Villa Clara. Fue un excelente encuentro en que durante 8 innings, nadie anotó, se batearon  sólo 9 hits ente los contendientes y la carrera del triunfo fue anotada cerrando el octavo a favor de los habaneros, quienes se hacen llamar ‘vaqueros’. El juego cerro 1 para La Habana y 0 para Villa Clara.

Brillaron los muchachos que hemos visto otras veces en el Podio, y atletas de éxito en la arena internacional, nos hicieron pasar momentos de sano esparcimiento. Son ellos quienes van y vienen con la bandera en el pecho puesto en el corazón y que levantan el honor de ser representantes de la Patria en cualquier terreno.

En aquellos tiempos de pelotas con trocitos de ‘tuza’, escuchaba hablar de ‘grandes ligas’. Hoy también. Y supe siempre que había calidad en esas ‘ligas’. Pero lo que aquel niño nunca comprendió era que había figuras que cambiaban hasta sus nombres para representar a otros, y que se canjeaban y canjean como si fuesen cajitas de chicles, automóviles y suites de hoteles de primera categoría. Cuando creí,  los comprendí menos.

Prefiero los Omar Linares, Antonio Pacheco, Orestes Kindelán, Lourdes Gourriel, el tunero Hermidelio Urrutia y otros, que como Teófilo Stevenson, pusieron muy en alto la condición humana aquella que se guarda en la mundialmente sabida frase que refleja un deporte verdadero: Mentes sanas en cueros sanos.

¡Ah!; y como decía mi suegro: el deporte es la mejor guerra que se debe echar, esa no mata ni destruye a los hombres.