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REALIDADES DEL 26 DE JULIO 56 AÑOS DESPUES

REALIDADES DEL 26 DE JULIO 56 AÑOS DESPUES

Por: Joel Lachataignerais Popa

         joecklouis@gmail.com

         jlpopa@enet.cu

 

Las realidades que diferencian el 26 de Julio a 56 años de la gesta emprendida en los cuarteles Moncada y Céspedes, en 1953, y aquellas de su primera celebración pública en 1959,  se evidencian en las palabras de Raúl Castro Ruz, General de Ejército, segundo secretario del comité central del Partido Comunista de Cuba y Presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros de la República de cuba Socialista.

Aquel 1953, los jóvenes liderados por Fidel Castro venían con las doctrinas del Maestro, José Martí Pérez, en el corazón, después de 51 años de oprobiosa presencia norteamericana detrás de los gobiernos sucedidos en Cuba después de que, mediante numerosas artimañas los Estados Unidos hicieron acto de presencia en la escena pública cubana.

Primero, le negaron el apoyo a Carlos Manuel Céspedes y sus seguidores, cuando en el inicio de las luchas por la independencia del colonialismo español, el Padre de la Patria, le pidió apoyo moral, reconociendo la beligerancia popular cubana contra la barbarie del coloniaje en la Isla del Caribe.

Después, cual viles gusanos, o como aprovechados oportunistas, irrumpieron en Santiago de Cuba, por donde la guerra iniciada precisamente pro Martí en 1895 – fecha de su caída en combate – estaba ya más avanzada y España era más débil, le bloquearon el puerto, atacaron cobardemente a unos barcos de menor calado, potencial militar y armamento inferior, destrozando por completo la tropa del Almirante Cervera, quien no tuvo mas remedio que capitular.

Aquello ocurría gracias a que los mambises cubanos habían liquidado prácticamente al ejercito más numeroso de España en colonia española alguna, cuando ya las pesetas no alcanzaban para más gastos al reino de la península ibérica, y después de que se le había puesto un cerrojo en territorio de Las Tunas de Bayamo, para impedir que desde Camagüey pasaran las tropas enemigas hacia Santiago de Cuba.

El Mayor General del Ejército Mambí, Calixto García Iñiguez, artífice de la toma primero de Las Tunas, luego de la zona montañosa y estratégica de Guisa, en las proximidades de la localidad de Bayamo, dirigía magistralmente el asedio mambí sobre Santiago de Cuba y cuando ya estaba aquella plaza al rendirse, Estados Unidos apareció con su ayuda… que, lógicamente se aceptó.

Pero los generales norteamericanos ordenaron al General victorioso de Cuba, permanecer en los alrededores de la ciudad, no penetrar, el acto de capitulación, no sería presenciado por las tropas cubanas que llevaban en combate frente a España desde 1868, nada menos que 30 años: el argumento – vil, cobarde, menospreciante – era que los mambises podrían convertir aquello en una carnicería, tomándose la justicia pro sus manos, a lo que el General de tres guerras, Calixto García, respondió en carta digna de la memoria de todo soldado, que los cubanos somos gente educada y no asesinos.

Así, sencillamente así, con aquella breve guerra, que Vladimir Ilich Lenin calificara como la primera guerra imperialista de los nuevos tiempos, los Estados Unidos hicieron su incursión en la tierra de Céspedes y Agramante, de los Maceo y Martí, para permanecer allí hasta que los demandó, el 26 de Julio de 1953, cuando, haciendo uso de las armas, Fidel Castro Ruz y sus hombres en representación del pueblo, enfrentaban a una de las dictaduras mas feroces sucedidas en Cuba, fruto de un brutal golpe de estado militar, apoyado por los Estados Unidos.

Esta, es la realidad del 26 de Julio de 1953: el ataque a los cuarteles. El Moncada de Santiago de Cuba, segunda ciudad en importancia de Cuba y el Carlos Manuel de Céspedes, de la ciudad Monumento Nacional de Bayamo, asiento del grupo de apoyo que ofrecía una estratégica posición a los revolucionarios.

Cuando tres años más tarde triunfaron aquellos mismos asaltantes, con el apoyo del pueblo, tendríamos un nuevo 26 de Julio, aquel del análisis del suceso, aquel del compromiso, aquel en el cual los campesinos fueron por primera vez a la capital del país, para hacer abrir el camino del futuro.

Aquella celebración, en la cual Fidel Castro Ruz, retornaba al cargo de Primer Ministro, luego de renunciar antes de los primeros sesenta días de triunfo revolucionario, como respuesta al ardid de los traidores encabezados por el hombre a quien se le confió la responsabilidad de Presidente de la República.

El pueblo asistió entonces al 26 de reafirmación revolucionaria, el acto en el cual se hicieron los nuevos compromisos y que sentó la pauta de nuevas celebraciones: Y desde entonces siempre los cubanos se reúnen para rememorar, pasar balances, reflexionar y festejar.

La realidad de aquel 26 de Julio de 1959, era la firma del pacto de los  humildes con la revolución, para hacer avanzar, como calificó en esa oportunidad Raúl Castro Ruz a esta epopeya: el motor chiquito que echó a andar el motor grande.

Y año tras años los cubanos han celebrado e 26 de Julio, con la máxima revolucionaria de que los pueblos deben analizarse críticamente cada cierto tiempo, que como un principio martiano, invariablemente se cumple. Y por eso, siempre se han hecho análisis de las realidades, en un diálogo entre los dirigentes y su pueblo. Unas veces a nivel del centro laboral, que define cual es el departamento que gana la emulación por los festejos de la fecha, hasta el municipio y la provincia. Cada cual, en el lugar donde le corresponde, hace el análisis de la realidad.

Este 26 de Julio, el Presidente cubano, General de Ejército Raúl Castro Ruz, anunció importantes reuniones que se desarrollarán en los próximos días comenzando por el Consejo de Ministros para analizar una nueva reducción presupuestaria dado el impacto de la crisis económica internacional, un pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y el período ordinario de sesiones del Parlamento, donde se tratará la creación de la Contraloría Nacional.

Raúl manifestó que es de primer orden batallar por garantizar la producción de alimentos procedentes de la tierra, para lo cual habrá que poder a producir todas las tierras ociosas posibles, para con ello hacer frente a la crisis económica mundial; planteó que es importante continuar trabajando en el acopio de leche, en la eliminación de plantaciones cubiertas de marabú y otras plantas nocivas y llamó a hacer esfuerzos positivos en la siembra de árboles.

Acto seguido expresó que no podemos sentirnos tranquilos mientras exista una sola hectárea y alguien esperando por respuesta para hacerla producir,  y concluyó sus palabras  reflexionando con un análisis en que demuestra que nuestro pueblo es capaz de vencer todas las dificultades por grandes que sean, no sólo en la agricultura, sino en todas las ramas de la economía, un enorme reto en medio del bloqueo económico y de muchas otras agresiones concebidas para impedir el desarrollo de la nación, concluyó.

Esas son las realidades del 26 de julio de 2009, las que como aquellas, hacen grande a un pueblo dispuesto a, con su democracia, seguir enfrentando dificultades, barrer deficiencias y hacer valedero el socialismo que nació, del sueño iniciador de Carlos Manuel de Céspedes e Ignacio Agramante; tuvo su continuidad en Martí y Maceo que renació el 26 de Julio de 1953 con Fidel y Raúl Castro Ruz, a la cabeza,  y resplandece en la moral y la ética de los tiempos de crisis de hoy, junto a quienes hacen posible el renacer que se irradia en toda América Latina, en el espíritu de Martí y Bolívar marchando juntos. La realidad es la de un pueblo enfrentando dificultades, deficiencias e indisciplinas, y que sabe, que aunque su revolución jamás le dejará desamparado, cada hombre, cada mujer, cada joven o adulto mayor, deberá hacer el máximo esfuerzo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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