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LAKASTAGNER

En mi Cuba, feliz pronóstico del tiempo

En mi Cuba, feliz pronóstico del tiempo

Siete meses tenía en esta foto...

 

Joel Lachataignerais Popa jlpopa@enet.cu joecklouis@gmail.com

 

Esta Fotografía fue tomada en abril, cuando el bebé estaba cumpliendo siete meses de nacido. Este 16 de diciembre de 2013, él que ya no es bebé, sumó a su “estado del tiempo”, una cifra considerable de diciembres y comenzará a sumar nuevos abriles.

Fue interesante escuchar el timbre del teléfono enviar su mensaje desde diferentes sitios de Cuba. Compañeros de trabajo, amistades de “uno y otro sexo”, gentes que apenas recordaba, memorias que llegaron desde Guantánamo hasta el occidente cubano y algunos mensajes de otros confines.

Es que el cumpleaños es un acontecimiento social tuyo, que yo hago mío y otros comparten contigo, conforme el afecto que se le prodigue al afectado”.

Eso te permite conocer el grado de calidez cotidiana que te calienta las relaciones, y te hace feliz de todas formas. Resulta que cumples años, los vives, te sirves un trago de vino, lo alzas en solitario, en la compañía más íntima, en la intimidad familiar, entre amigos… y el fuego del líquido recorre tu sistema digestivo y apenas sientes que allá va. Eres feliz. En ese minuto, eres feliz, aunque te duelan los cayos y tengas un hueco en el bolsillo izquierdo…

Después te pones a mirar el álbum familiar y comienza a ver instantáneas que ya no recuerdas y otras que ni si quiera sabes cómo te la hicieron; entonces vienen a tu mente aquellos momentos en que papá y mamá te quisieron guardar algún recuerdo y tienes en tu conciencia a aquel individuo metido detrás de una especie de bolso y levantando su mano, a la vez que gritaba: “Nené mira el pajarito, mira el pajarito”, para que tú le gastaras una sonrisa…

Me imagino – por el rostro sonriente – que el bebé ya tenía la impaciencia de ser periodista y respondió placenteramente a los reclamos del fotógrafo y de papá Luis y mamá Zenaida… A ellos agradezco haber hecho el sacrificio de pagarle al fotógrafo esa remembranza infantil que les muestro ahora.

Gracias también a todos los que me llamaron o escribieron. Prometo seguir siéndoles fiel, sobre todo ahora, que el pronóstico del tiempo indica rumbo certero.

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