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EL LEGADO HISTORICO DEL CICLON FLORA

EL LEGADO HISTORICO DEL CICLON FLORA Por: Joel Lachataignerais Popa
joecklouis@gmail.com

La Instantánea ya tiene 45 años de edad. Fue tomada en el antiguo aeropuerto de la Ciudad de Bayamo (Monumento Nacional): recoge la iniciativa de entrevistar a este piloto, joven, de pelo y ojos castaños, piel oscura y combatiente del Ejército Rebelde que ostentaba entonces los grados de Teniente; su nombre, Rigoberto Lacuse.
Lacuse llevaba 90 salvamentos ininterrumpidos en la tercera jornada del Ciclón Flora, volando entre la ciudad de Bayamo y los lugares aledaños a los ríos Cauto, Bayamo, Cautillo, que se encontraban unidos como un mar vinculándose con el Golfo de Guacanayabo, formando una gran masa acuícola.
La Dirección del Gobierno Revolucionario de Cuba hizo entonces lo que ningún otro gobierno anteriormente: Encabezado por el Presidente, Dr. Osvaldo Dorticós y su Primer Ministro, el Dr. Fidel Castro Ruz, todos los ministros, se establecieron n la zona de desastre, ocupando la ciudad de Bayamo como centro de dirección.
Con otro periodista de Bayamo, Rafael Lapinell Rivero, habíamos llegado a la puerta del aeropuerto, donde fuimos autorizados a pasar por el Comandante Raúl Curbelo, quien además nos autorizó a conversar con el piloto, a quien le había ordenado abandonar la nave para descansar.
Recuerdo que cuando nos sentamos para realizar la entrevista, todos los reporteros presentes – algunos extranjeros también – acudieron al lugar y sólo sentía el accionar de las cámaras fotográficas: era la primera vez que aquello me pasaba, sentía hasta un poco de orgullo: provoqué a todos a escuchar una declaración.
Lacuse me contó que había sobrevolado 90 veces las zonas de Bayamo, Manzanillo, hacia Las Tunas. Con su equipo de trabajo había traído hasta los albergues bayameses algo mas de un centenar de personas y que el Comandante Curbelo insistía en que debía descansar y aunque aquello no era una emulación, estaba en el deber de salvar vidas.
La mecánica que asumimos Lapinell y yo para hacer nuestro trabajo periodístico durante los días del Ciclón Flora en primer lugar fueron las de trabajar en equipo; yo estaba oficialmente desde el 26 de Julio de ese mismo año, 1963, como redactor de Radio Bayamo, CMKX, que prestó un extraordinario servicios a la población oriental.
Buscábamos las informaciones, las elaborábamos e íbamos a la casa de un radioaficionado cuyo nombre es Armando Soto, su planta era las mas poderosa de Bayamo y una de las más potentes de Cuba; con su apoyo pudimos pasar nuestros trabajos para los periódicos “Revolución”, que era hacia donde trabajaba Lapinell; “Hoy”, adonde yo enviaba mis materiales como corresponsal y también a “Sierra Maestra de Santiago de Cuba”, CMQ, Radio Reloj y Radio Progreso que nos aprovechó también.
Pero Radio Bayamo, que era una emisora que para la época debía tener poco más o menos 20 o 23 años de existencia, contaba con un trasmisor RC Víctor, de finales de la década de 1940, por lo que el segundo día de lluvias comenzó a fallar, lo cual nos obligó a buscar alternativas.
Apareció un joven de apellido Lastre, técnico de Comunicaciones, a quien le entusiasmaba la actividad de reparar equipos de Radiocomunicaciones y sabía de aquello; luego de verificado que eso era así, aceptamos su proposición de que le enviáramos para el trasmisor de modo permanente a cambio de que le mantuviéramos la alimentación. Él nos prestaría una grabadora portátil de su propiedad.
Hubo momentos de fallas en las transmisiones: el trasmisor salía del aire por minutos: lo cual fue resuelto entre Lastre, que estaba allí permanentemente, Lapinelll – técnico también de esas cosas – y el locutor Rolando Pacheco Reyes, quien resolvía cotidianamente estas situaciones.
Hubo una amarga y útil experiencia para el equipo de trabajadores que por vez primera se veían abocados a dar seguimiento a un meteoro. El tercer día del Ciclón, uno de los compañeros en el horario del mediodía, ante la tranqulidad que se observaba, emitió una información en la cual alertaba de que ya había pasado el peligro.
Rápidamente del Centro de Gobierno del país, radicado en Bayamo por aquellos días, llegó una llamada solicitando que se desmintiera rápidamente aquella noticia y se explicara que la tranquilidad que estábamos sintiendo era el ojo del huracán, que es el lugar donde estos fenómenos transitan en completa calma y que luego de pasar, comienza de nuevo el viento y la lluvia.
Se adoptaron las medidas correspondientes con el compañero informante y se advirtió a todos de ser mas cuidadosos con cuanto fuesen a trasmitir.
Sin embargo ocurrieron un numero de acontecimientos que hicieron de Radio Bayamo una planta territorial de gran alcance.
En la sede de la emisora comenzamos a recibir llamadas telefónicas de los operadores de los transmisores de las emisoras nacionales y de la entonces cadena provincial CMKX Radio Revolución de Santiago e Cuba, quienes indicaban que no estaban recibiendo las señales correspondientes a sus emisoras de origen.
Cada cual solicitaba una orientación y la indicación que les dimos fue hacer cadena con Radio Bayamo; pronto comenzamos a recibir llamadas de lugares distantes adonde las comunicaciones permanecían intactas, nos llegaban mensajes trasmitidos desde Moa, Las Tunas y otros lugares, para avisar a familiares en Santiago de Cuba, Manzanillo, Camagüey.
La iniciativa tuvo su reconocimiento.
Días más tarde el Primer Ministro, Fidel Castro Ruz, informaba al pueblo sobre aquellos desastres y anunciaba un colosal plan hidráulico, que persigue el fin de construir presas en todo el país, para evitar que las aguas se pierdan infructuosamente yendo hacia el mar y, para proteger la población ante huracanes. La Voluntad Hidráulica nació de la experiencia del Ciclón Flora. Un Ministerio para dirigir esa voluntad.
Se creó un poderoso sistema de defensa civil, que desde las estructuras del estado, vincula a toda la población, articulando un método de protección de vidas humanas y de los animales; de todo el potencial económico, social, cultural, que e pone en marcha desde antes de que el fenómeno meteorológico afecta alguna zona del país, hasta que éste ya se ha alejado lo suficiente, como para volver de nuevo a los hogares.
Como consecuencia de ello, hoy se puede decir que el ciclón Flora, de octubre de 1963, se llevó la vida de más de dos mil ciudadanos cubanos, pero las medidas de protección salvaron millones de vidas humanas, pues sólo los poderosos Gustav y Ike, juntos, cobraron siete vidas.

En la foto aparezco a la izquierda micrófono en mano. La ropa es el uniforme de la Campaña de Alfabetización; al frente el joven Teniente Rigoberto Lacuse y a su izquierda, puede verse el rostro amigable de Rafael Lapinell. Ella encierra estos recuerdos y la novatada de un viaje aéreo que permitió realizar un reportaje e salvamento y mirar desde arriba, como los ríos del Valle del Cauto, se abrazaron durante una semana con el Mar Caribe.
Joel Lachataignerais Popa
joecklouis@gmail.com
8 / 10 / 08

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