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LAKASTAGNER

CON LA IMAGEN DEL CHE

CON LA IMAGEN DEL CHE

Por: Joel Lachataignerais Popa

       jlpopa@enet.cu  joecklouis@gamil.com

 

Aquella madrugada del 1 de octubre de 1980, hacía tremendo frío en la pista aérea de Addis Abeba. Los que conmigo viajaron también lo sufrían. Algunos ya tenían la experiencia; otros como yo éramos novatos. De ese modo comenzaba mi presencia en territorio africano.

Me aguardaban agradables e inolvidables sorpresas. Llevaba en mi poder un juego de cassettes y un cilindro de cartón de medio metro, que debía entregar tan pronto llegara a mi unidad de trabajo, con un encargo preciso. Esto debió esperar una semana.

Es inolvidable para mí que llegué a la zona de Harar en la memorable fecha del 8 de octubre. A las seis de la tarde cuando el ómnibus se detuvo en la casa donde viviría el tiempo de permanencia allí, me esperaban los demás integrantes de mi equipo de trabajo, quienes rápidamente hicieron lo posible porque cambiara mi vestimenta por el uniforme verde olivo.

Aquella primera noche, asistí primero a un acto de homenaje al Che y luego a un cartel de boxeo que cerraba el campeonato de la Misión Militar Cubana en Etiopía. Al día siguiente con mi Jefe, visité la sección Política, para como se me había indicado, entregar allí el paquete de cassettes y el cilindro de cartón que llevaba, y un sobre amarillo, que era evidente, contenía papeles.

 Con la orden de esperar sentado estuve unos minutos hasta que me llamaron para informarme que los cassettes debían ser empleados esa misma tarde para difundir por alta voces un discurso del Comandante en Jefe Fidel Castro, que era su contenido y recibía el agradecimiento por haber sido portador del mismo y de los afiches que – con la foto de Arnaldo Tamayo Méndez y Yuri Romanenko -  daban a conocer que Cuba  entraba en la historia de la cosmonáutica.

Cuando miro en mi expediente este instante, aprecio que todo sucedía en la fecha que recordamos siempre como el día de la muerte del Che y la real de su asesinato: el día 9. Sin saberlo, estaba entonces rindiéndole homenaje de un modo singular.

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