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JUSTO HOMENAJE A MARIO TRAVIESO

JUSTO HOMENAJE A MARIO TRAVIESO

 

Por: Joel Lachataignerais Popa

jlpopa@enet.cu  joecklouis@gmail.com

 Foto: Verônica Paz

 

Como muchos, el matancero Mario Travieso, se hizo al arte en la infancia. Sólo tenía seis años cuando le nació el poder de cantar y comenzó a hacerlo. Ahora alcanza 50 años de vida artística y para celebrarlo, realiza una gira por todo el país, con un acento marcado en un  repertorio de prioridad nacional.

En niñez integró agrupaciones de su natal Matanzas, donde primero cantó para recaudar fondos para proyectos socioculturales y después recorriendo locaciones cercanas a la ciudad bautizada como la Atenas de Cuba.

Se encuentra entre las figuras que surgieron mediante el célebre programa de televisión “La corte suprema del arte” y luego alumno de quien además de educarlo en el cantó le promovió incesantemente: Mariana de Gonith.

Estuvo vinculado al Teatro Lírico Nacional de Cuba, fue aluno de la Escuela Técnico-Profesional de canto que dirigía el distinguido musicólogo cubano Félix Guerrero  y también estudió en el Conservatorio Ignacio Cervantes de Ciudad de La Habana.

Después se destacó como integrante de la Ópera Nacional por más de veinte años. Allí interpretó prominentes roles y actualmente figura entre las figuras del arte lírico que se programan anualmente visitas a las salas y teatros de las provincias cubanas.

Ha sido reconocido con numerosas distinciones, pero él guarda como muy cimero recuerdo, el primer premio de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, otorgado en 1970 y el primer gran premio en el festival de la canción en Pyongyang, República Popular democrática de corea, además, es poseedor de la distinción por la Cultura Nacional.

En Las Tunas Mario Travieso es siempre recibido como en casa. Su concierto del  sábado 20 de junio resultó un diálogo integrador entre el prominente hombre de suave y escasa voz de conversación, educada para decir mejor en el escenario y todo un público que en la tierra de Juan Cristóbal Nápoles y Fajardo, le aclama siempre.

Público y cantante intercambiaron recuerdos. Él se interesó por personas que le son familiares de sus actuaciones cotidianas. “Estoy en casa. Lo digo de corazón, sin hipocresía. Ustedes son un público exigente que me nutre”, así dijo mientras preparaba su primer momento de canto y al concluir ese, de intermedio, comentó: “Fíjense el dinero es importante. Sí, es muy importante, a mi me hace falta como a ustedes, pero yo estoy acostumbrado a estar sin dinero”

Entonces alguien comentó: ¿Cuánto puede costar un concierto de Mario Travieso? Ese costo me lo llevo yo en el corazón. Y él respondió: “El dinero tiene la circunstancia de se importante para ciertas cosas importantes para la vida, pero yo respiro, me sostengo cuando los veo a ustedes tributar dos tesoros de los cuales me nutro: El cariño y el aplauso”

Después, en la misma naturaleza del diálogo sostenido, subió al escenario el Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en la provincia, Carlos Tamayo Rodríguez, quien después de fundirse en un abrazo de carnal identidad tunera, entregó flores y un reconocimiento al laureado tenor matancero.  

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