Blogia
LAKASTAGNER

INEVITABLE RECUERDO DE SARA GONZÁLEZ

INEVITABLE RECUERDO DE SARA GONZÁLEZ

El excelente trino de Sara González es inolvidable

            

Joel Lachataignerais Popa jlpopa@enet.cu joekclouis@gmail.com

 

Cuando el 28 de septiembre de 1960 Fidel anunció la constitución de los Comités de Defensa de la Revolución, sentimos un golpe de alegría en los corazones. Se estaba proponiendo un instrumento más para la defensa de la sostenibilidad de la revolución naciente, frente a toda aquella armazón contrarrevolucionaria que, desde adentro y desde afuera, intentaban dividir y destruir: por cierto, siempre ha suido más desde afuera que desde adentro.

Los enemigos supieron en el acto que se trataba de una fórmula más para la unidad el pueblo entorno al líder Fidel Castro, al Ejército Rebelde, devenido Fuerzas Armadas Revolucionarias, y junto a las nobles causas que en su conjunto sustentan el concepto de Revolución de entonces y de ahora.

Aquel día Fidel anunció “un sistema de vigilancia colectiva”, al cual entregó como tarea fundamental la vigilancia revolucionaria en cada cuadra, el barrio, para proteger las conquistas de la revolución, y de allí nació una poderosa organización  que representa la unidad genuina del pueblo en torno a su revolución.

Los Comités de Defensa de la Revolución, (CDR) no sólo acogieron aquella tarea, impulsaron en los primeros momentos la campaña de alfabetización, contribuyeron a distribuir medicinas, fueron desde el primer instante el vehículo idóneo para llegar a todo el pueblo con la educación para la salud, organizando audiencias sanitarias y creando condiciones para la vacunación infantil contra la poliomielitis y muchas otras enfermedades.

Limpiar, embellecer, adornar casas y calles, desarrollar un movimiento en torno a esa idea, “Mi casa alegre y bonita”, con tribuyó a la unidad del barrio y la familia y a la educación sanitaria.

Los Comités de Defensa de la Revolución en toda Cuba han sido vía para organizar al pueblo en movilizaciones económicas de apoyo a labores agropecuarias y para la organización de la presencia popular en momentos importantes del país, como los referendos realizados para obtener criterios y apoyos en torno a la Constitución de la República, para elegir a los delegados y diputados a las asambleas del Poder Popular municipales, provinciales y Nacional y para levar a cabo actividades como el Censo de Población y Viviendas.

Los CDR – como el pueblo los llama con cariño y admiración- ahora cumplen 52 años de vida, están inmersos en las acciones que promueve el Partido Comunista de Cuba para las necesarias adecuaciones que el país requiere para cambiar todo lo que tenga que ser cambiado, a partir de la adecuación del modelo de economía socialista que Cuba emprendió después de 1959 y seguramente la organización promoverá acciones que estén en línea con los momentos actuales insertando en ellas a las jóvenes generaciones.

En Cuba, ser cederista, es sentir el orgullo de marchar a la altura popular de la revolución.

Como en cada época de ebullición del pueblo cubano, la inspiración tocó a la puerta de las musas. Esta vez Eduardo Ramos, el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, sembraron en el alma del pueblo una canción devenida Himno, La Canción de los CDR.

Sólo recordar:

 

Desde la Sierra a la ciudad

Tanto en el monte, como en el mar

Barrio por barrio, pueblo por pueblo

A la vanguardia, va el Comité…

 

Ofrece la dimensión de la organización, y  Sara González, la voz guía de la pieza épica popular, como Bayamesa de nuevos tiempos insertó en la hondura del pueblo la conciencia de ser cederista, es miembro de los Comités de Defensa de la Revolución, CDR.

Ya ha fallecido, pero Sara está ahí en la dulzura, el amor, la candidez trovadoresca de esta pieza patriótica, revolucionaria que al ejecuta la emoción invade los recuerdos.

Y es inevitable entonarla para sentir la presencia inolvidable de Sara, su gracia escalando el pentagama y sembrándose en aquel estribillo del coro que ella colorea…Comité, Comité, Comité…  

 

0 comentarios