CULTURA EN LA VIRTUD Y EN EL AMBIENTE DE LAS TUNAS.

• Las Tunas es una potencia de cultura
• Domingo Alás Rosell desde Granada pidió a los jóvenes adentrarse en el estudio del pensamiento martiano

 

Por: Joel Lachataignerais Popa

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Fue una noche excepcional realizada este 25 de marzo. La Gala, Martí Ilumina nuestros pasos, dirigida por Eddy Crespo Vargas, resultó un espectáculo sencillo, noble, a la altura del Décimo Quinto Aniversario de la Plaza Martiana de Las Tunas.

Relevantes las presencias allí de Emovere, Norge Batista, Sandra Orce, el Grupo de Música hispano - cubana, Rioja, la brillante voz de Camilo Hechavarría y el Conjunto Danzario tradicional, Onilé. Todos promovido allí por la Asociación Hermanos Saiz de Las Tunas

La música, movida desde los sentimientos hizo la paz nocturna y, como el Apóstol lo pide, resultó una congregación de elogios oportunos: La Unión de Jóvenes Comunistas entregó un diploma a la Plaza Martiana por desarrollar, promover y estimular la cultura y el pensamiento de José Martí durante todos estos años.

Allí, en medio del jolgorio popular, se escuchó un mensaje enviado desde la República Caribeña de Granada por el creador de la Plaza Martiana, el arquitecto santiaguero - tunero, Domingo Alás Rosell, quien rememoró que el proyecto nació entramado en la premisa martiana que proclama "con todos y para el bien de todos".El mensaje plantea que aunque originalmente se preveía inaugurarla en el centenario de la caída del Héroe, debió cambiarse para otra fecha y ninguna mejor que el 25 de marzo en que siempre recordamos el momento de la firma del Manifiesto de Monte Christi, que esta vez cumplió 115 años. Alás Rosell, desde Granada pidió a los jóvenes adentrarse en el estudio del pensamiento martiano y en especial del Manifiesto de Monte Christi.

Fue, como dije al principio, una noche excepcional. Un público modesto, sencillo, aplaudió con calidez y cariño. En la virtud y en el ambiente quedó demostrado una vez más que Las Tunas es una potencia de cultura y que, como he dicho otras veces, no necesitamos importar nada para hacer cosas bellas, que, por demás, la Plaza es un buen sitio para realizarlo cotidianamente.