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LAKASTAGNER

En memoria de Dermidio Escalona Alonso

En memoria de Dermidio Escalona Alonso

Dermidio Escalona, en los días del triunfo de 1959

 

Joel Lachataignerais Popa jlpopa@enet.cu joecklouis@gmail.com

 

En los primeros tiempos en que me dedicaba al periodismo, como corresponsal voluntario, guiado por José Ángel Ramírez Durán –uno de mis entrenadores de entonces- , conocí al joven comandante Dermidio Escalona.

Hombre joven, alto, de carácter muy recto, mirada siempre seca aunque podía conjugarla con la sonrisa y chispas de humor criollo.

Figuraba entre los principales dirigentes de la Zona Agropecuaria 0-23 de los llanos de El Cauto, con asiento fundamental en Bayamo, capital de la regional Bayamo-Cauto-Jiguaní, que se extendía hacia la zona de Cauto Cristo, al sur de Holguín.

De esos momentos nunca olvido una experiencia anotada en mi conciencia juvenil al lado del entrenador. Los dos escribíamos para el diario “Sierra Maestra”, que se edita en Santiago de Cuba y el periódico de Holguín, dirigido a los campesinos “Surco”.

Aclamados por unos campesinos, denunciamos la presencia de unos equipos pesados en un sitio colmado de yerbas y arbustos. La nota fue publicada por los dos periódicos y Dermidio llamó a José Ángel, para aclarar el caso. Quería saber el sitio exacto donde fue encontrado aquello, como quiera que se trataba de una zona perteneciente a campesinos, pensó que la medida debían adoptarla las autoridades de la organización campesina, “de lo contrario ahora mismo sabrías la medida que adoptaba con los irresponsables.

De todos modos, ya estamos trasladando esos equipos pesados para un lugar donde puedan ser útiles”, declaró Dermidio a José Ángel, dejando preciso que siempre que hiciéramos alguna crítica, dejáramos bien claros todos los pormenores, para poder adoptar medias pronto. Así era.

Aunque también hubo señalamientos duros para los dos corresponsales.

Años más tarde, en marzo de 1968, cuando me encontraba en el Servicios Militar, fui movilizado para la zona de “Santa Marta”, en el sur de Camagüey, donde se realizaba la “Operación Mambí”, destinada a plantar y limpiar cañas para la zafra. Aquél era un sitio que tenía un río de considerable caudal hacia la parte norte y otro similar bañaba las tierras pro el sur.

Eran tiempos de lluvias casi diarias. De modo que las aguas de uno y otro, inundaban el territorio, impidiendo que pudiéramos sembrar y limpiar cañas. Cuando menos, el agua nos daba a los tobillos.

Tal era la situación que muchas veces perdíamos el pan del desayuno y había que “inventar” para hacer llegar hacia el campamento los alimentos, y el agua que consumíamos para todo era aquella.

Mi tarea era la de político y entre otras cosas, cada día el informe hacía llegar al Jefe la situación. Pero Dermidio Escalona, a cargo del área no entendía. Allí él era el oficial subordinado al Comandante Juan Almeida Bosque –Jefe de la Operación-, y mantenía una férrea exigencia.

Un día, al amanecer, después de un férreo aguacero que inundó todo y no pudimos ir al campo, cuando llevábamos una semana bajo aguaceros, el Jefe del Campamento decidió que le acompañara a la reunión que se celebraría en el Estado Mayor. Pasamos el río a caballo.

En el encuentro se el informó al Comandante Escalona la situación. Él de nuevo manifestó que había que buscar cómo cumplir la tarea, que era cierto que llovía, pero la misión debía cumplirse. Prometió entonces ir a reunirse con la tropa, para adoptar medidas.

Dos días más tarde, con una calma de lluvias, vino hasta cerca del campamento y comprobó que no era posible pasar en el jeep, por donde sólo nosotros nos movíamos a caballo.

La orden llegó, cesó la intransigencia y vino con ella la comprensión, su espíritu de alta umanidad: Se ordenaba desmovilizar la tropa que había hecho su esfuerzo y ya el tiempo no daba para más.

Entonces Dermidio Escalona manifestó que realmente él debía habernos visitado en el primer momento. Reconoció su exceso y premió liberándonos de la tarea. A él lo recuerdo mucho.

Entre las fotografías que conservo hay algunas donde se muestra su figura distinguida. Este martes 5 de febrero, en el registro de efemérides del Canal “Señal A C N”, supe que había fallecido el 5 de febrero de 2009.

El pinareño, Jefe del Movimiento Revolucionario de su provincia, combatiente destacado que obtuvo grados de Comandante, murió a los 79 años de edad.

Porque siempre era un revolucionario consecuente, merece el homenaje que la patria tributa a los hombres dignos.

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