¿Sentará su cabeza a pensar Su Majestad el Premio innoble de la Paz?
Joel Lachataignerais Popa jlpopa@enet.cu joecklouis@gmail.com
Aún no cabe en cabeza sensata la categoría de Premio Nobel de la Paz, asignada al Señor Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.
¡Claro, hay algo que justifica: él es una pieza de la estructura del sistema encausado por el señor dólar, los intereses económicos de las ricos, y mas bien los ricos millonarios y multimillonarios. Se sabe que para hacer todo lo prometido en sus campañas electorales, tendría que desmontar tal vez ese sistema y también tener el poder de poder desde sus adentros mover su condición de varón hacia el beneficio del pueblo.
Si se tiene en cuenta que él forma parte de todo ese de pompa de jabón, se pueden entender muchas cosas:
Lo que es difícil de entrever es que él y muchos de quienes les acompañan, sean seres humanos razonables y racionales.
Si se toman las páginas de información que traigan en sí la verdad del mundo actual, ellas nos llevarán a una noticia de cada día que reina y distribuye a los Estados Unidos con montañas de dólares mucho más de veinte naciones en todo el orbe.
En la primera plana de titulares, aparecen cada jornada, unas veces criticadas, otras advertidas, otras en injustas y criminales listas de países narcotraficantes, detractores de los derechos humanos o generadores del terrorismo.
Y son cosas que se dicen así, sin que para expresarlo el Presidente se mire a sí mismo; aprecie sus manos ensangrentadas; huela el olor a muerte que despiden sus perfumes naturales o sienta por lo menos pudor por tanto crimen creciente en la historia de esa gran nación.
El pueblo de los Estados Unidos, es un noble y sencillo pueblo que anhela vivir en paz con el mundo. Sus gobernantes tendrán que rendirles cuenta alguna vez en la historia, y responderle ¿por qué a nombre de esas mujeres y hombres, se divide y se asegura a los pueblos del mundo una paz de metralla, bombas sembrando la muerte teledirigida?
Sus presupuestos son cada vez mayores y sus áreas delictivas crecen: Tengamos una lista de nombres recurrentes: Palestina, Irán, Afganistán, Irak, Egipto, Bosnia – Herzegovina, Corea, Vietnam, Rusia, Argentina, Ecuador, Bolivia, Honduras, Colombia, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, Cuba, Venezuela… el Cosmos.
¿Quieren la paz o quieren la guerra? ¿Quieren convivencia humana o quieren egoísmo humano?
¿Recapacitará alguna vez el Gobierno de los Estados Unidos? ¿Sentará su cabeza a pensar el señor Presidente del Premio innoble de la Paz?
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