Y EL PUEBLO CUBANO SE HIZO UN POCO MEJOR Y MUCHO MENOS EGOÍSTA
Por: Joel Lachataignerais Popa jlpopa@enet.cu joecklouis@gmail.com
En el pueblo de Cuba, hay ejemplos registrados en la Historia, que demuestran su inteligencia y grandeza. El de la batalla realizada para lograr el regreso del niño Elián González, es uno que, con fuerza superior, demostró con creces unidad, entereza, patriotismo, ética y virtud.
En el proceso revolucionario prevalece el principio de que no se debe abandonar a su suerte a un compañero, mientras es posible socorrerlo, ayudarlo, salvarle la vida, incluso aún después de muerto. Hay más, la verdad es también otro principio que circula entre las venas de los revolucionarios cubanos. Y otro más, que preside la honra familiar de la Patria: Nada hay más importante que un niño. Tal fue el ideal que durante todos aquellos días presidió el combate.
Nunca vimos tal magnitud de gente reunida para reclamar un derecho. Habíamos visto hombres dignos al frente de una tarea. Así brilló Juan Miguel González, el padre de Elián: Muy merecida por eso aquella medalla Carlos Manuel de Céspedes, colocada en su pecho por Fidel.
Por aquellos meses nacieron el Programa radiotelevisivo “Mesa Redonda” y la batalla de ideas. Y desde entonces, una loba feroz, cuál ridícula cotorra, se dio a conocer junto a sus acólitos, y con el mismo ímpetu de desvergüenza, tuvo que callarse y mirar para otro lado.
Todos recordaremos las estupideces de sus argumentos, desde esconder el niño tras objetos materiales, vender su pelo, la tierra que pisó y el aire que respiraba, hasta distorsionar la imagen noble y linda del niño mirando aquel avión mientras decía: “Llévame pa’ Cuba”.
Se cumplen diez años de aquel día de emociones en que Elián se integró de nuevo a la sociedad cubana, donde desde entonces comenzó a vivir una nueva vida, en su callada y linda humildad infanto – juvenil. Con Elián y su padre al frente, el pueblo cubano se hizo un poco mejor y mucho menos egoísta.
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