El apoyo tunero al desembarco de Fidel el 29 de noviembre de 1956
Frank País, con sus compañeros tomaron a Santiago de Cuba; Luis alfonso Zayas con los suyos, en Las Tunas, toman el "Polvorín La Cadena"
Joel Lachataignerais Popa jlpopa@enet.cu joecklois@gmail.com
El 30 de noviembre de 1956 resultó para el movimiento revolucionario cubano un día heroico en varias partes del territorio nacional, particularmente en Santiago de Cuba: En esa fecha, Frank País García, lideró el salto y toma de la ciudad desde diferentes puntos estratégicos y por varias horas las calles santiagueras fueron libres.
La acción dejó la sangre derramada de valiosos hijos de aquella urbe: caen en combate los jóvenes estudiantes José “Pepito” Tey, Otto Parellada y Antonio “Tony” Alomá.
Unas horas antes de estos acontecimientos en Las Tunas un grupo de jóvenes desarrollaron una acción destinada al mismo fin: apoyar el desembarco del Granma, que desde Tuxpan, en México, había zarpado el 25 de noviembre de aquel año rumbo a Cuba y traía a bordo 82 revolucionarios, a cuyo frente venía Fidel Casto Ruz.
Previamente, en el mes de octubre, se producen visitas de Frank País a territorio tunero, con el objetivo de organizar el Movimiento 26 de Julio y chequear la marcha de los planes que debían esperar la hora cero, para el alzamiento armado y las acciones de apoyo al desembarco.
Fue así como el 29 de noviembre de 1956, los jóvenes Luis Alfonso Zayas Ochoa, actualmente General de la reserva, Raúl Castro Mercader, también general retirado y Orlando Pupo Peña, encabezan la toma del Polvorín “La Cadena”, situado en las proximidades del “Central Chaparra”, en el norte de Las Tunas, donde luego de sorprender a la posta, alcanzan el objetivo de apoderarse de las pocas armas que existían en aquel lugar.
Luego de cumplido el objetivo, y después de notificarlo al Jefe, las armas son protegidas y figuran entre las primeras en llegar a Fidel en la Sierra Maestra en febrero de 1957, junto a los protagonistas de la acción.
El 14 de junio de 1980, Fidel Castro en el discurso de inauguración del Hospital Clínico Quirúrgico y Gineco obstétrico, “Ernesto Guevara de la Serna”, en Las Tunas, recordaba aquellos días:
“… cuando nosotros desembarcábamos en el “Granma”, Zayas con otros poquitos compañeros y dos revólveres, se alzaron, y no sólo se alzaron, sino que tomaron un cuartel; y no sólo lo tomaron, sino que se llevaron los dos fusiles que había allí. Una prueba más de que para hacer la Revolución no hace falta ni armas, porque las armas las tiene el enemigo y hay que quitárselas. Eso fue lo que nosotros hicimos.
“Y recuerdo también cuando llegaron aquellos dos fusiles a la Sierra Maestra. Aquello fue una fiesta cuando llegaron Zayas, Pupo y otros compañeros, Guillermo Domínguez, un compañero muy valioso que murió en la Sierra Maestra, y ellos se unieron a nosotros con sus dos fusiles. Y en aquella época, para nosotros, dos fusiles nos e sabe lo que valían.
“Ellos se sublevaron el 29 por la noche antes de la sublevación (….) ¿Eran cuatro, verdad Alfonso? Guillermo, tú, Raúl Castro Mercader y Pupo… Ellos secundaron nuestro movimiento en condiciones muy difíciles, dando prueba de una extraordinaria presencia de ánimo…”
El revelador suceso del 29 de noviembre de 1956, en el “Polvorín la Cadena”, de Chaparra, en la zona norte de Las Tunas, constituye una de las primeras acciones revolucionarias realizadas para respaldar el arribo del Yate Granma a la costa sur de la antigua provincia de Oriente y aunque sencilla acción, los tuneros recuerdan esta como la primera acción de apoyo a Fidel y su destacamento de desembarco aquel 2 de diciembre de 1956; el asalto a El Polvorín La Cadena en la noche del 29 de noviembre de 1956 es un hecho heroico de alta relevancia y significación.
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