Los amores más grandes y lindos viajan en la confianza y el silencio
Joel Lachataignerais Popa, joecklouis@gmail.com
El amor es una conducta que hace al individuo más humano y solidario; teje individualidades; armoniza sentimientos; cualifica y califica temperamentos y caracteres.
El amor no tiene odios. Odio ponen los individuos colocando barreras en la fluidez del cariño de su conducta. Porque, como es un acuerdo, el amor traza caminos para la fusión y la confianza. Quien cela a veces peca de no amar, entonces se acerca al odio; a veces este sentimiento se trueca envidia: rabioso sentimiento, con que el ser humano en vez de desconocer, reconoce.
El amor es consuelo cuando se sabe reconocer o cuando habiéndose separado alguna vez, o distante de lo suyo, se retorna a la vida con buena carga de sentimientos, de motivación ética y épica, que bien convienen al ser humano.
Es un arte en que aparecen vigentes la sicología, la sociología, la filosofía, la deontología. Cuando somos más éticos más profundo es el amor. En el arte del amor triunfan las personas que desarrollan su conducta en la talla hábil de maestría, cuando funda condiciones para crear desde la primera experiencia aptitudes y capacidades, cuyo ingenio sea el talento de la virtud.
Cuando saben reconocer errores, negociar y regresar, salvaguardando con ética la honra y la moral y preservando para siempre el primer instante que se llamó amor.
El amor es un secreto de la conducta allá adentro donde mujer y hombre - estamos formados sin saber cómo. Y es arte misterioso del silencio, la sencillez, la lucidez reunida.
Alcemos las copas del amor hoy mañana y siempre, porque el amor está todos los días, y para que esté siempre allí donde respiramos; y así viajemos por él, creamos en él: a crear en el amor una conducta de felicidades microscópicas en detalles sublimes y razones. Porque los amores más grandes y lindos viajan en la espiritualidad de la confianza y el silencio.
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