Los recuerdos que te llevas, 2010

 Joel Lachataignerais Popa, [e-mail] [e-mail]

 

Al marcharse, los años dejan rastros en el corazón. Yo recuerdo con cierta nostalgia y exaltación, que cuando era niño los mayores solían hacer evocación a los últimos días del año que se vivía. El tío, el abuelo, el padre, las madres se reunían y uno escuchaba aquella frase lapidaria ‘¿Lo volveremos a ver? Y sembraban en la con ciencia ese sentimiento lúgubre, que siendo natural, llegaba como idea de fantasmas.

Los años se cumplen hasta un día. Y la Humanidad los lleva adelante, la naturaleza que lleva ya millones, se siente orgullosa con cada instante que el tiempo le agregue, pero los hombres, que son parte de esa humanidad y de esa naturaleza también, apenas se acostumbran a sentirlos como peso irremediable en su actuar.

 Es así como las muchachas esperan cumplir 15 años, pero después se colocan un freno en la condición de vivir los años y más allá de 50, comienzan a pensar como detenerlos, cuestión que no es posible. Ha devenido la idea de que cuando se llega a una cifra linda como 51 o 15 y 35, ahí mismo me detengo y cuando me preguntes ¿cuantos cumples?

Entonces viene la adivinanza y por cualquiera de las tres cifras citadas, decirles al interlocutor – sobre todo si es un mozo – al revés… como aquella canción de la década prodigiosa del los sesenta indicaba ’ 17 al revés, cumples, 25 tal vez, cumples…” Ahora se va 2010. Se lleva muchas cosas de la vida.

La Historia común de los individuos. Se lleva la tuya que me lees, la mía que te la cuento, la del amor que vivimos juntos o separados, la del amor guardado y acunado en el corazón, la de los hijos quienes los tienen…

Ahora mismo escribo nombres que se quedaron aquí en semillas del recuerdo, desde aquel amigo que despedí en medio del año, Cristino Barreda, hijo del mártir tunero del mismo nombre; o aquel que recién nos dijo adiós, Bienvenido Pedrera, amigos del alma que yo conozco y muchos no.

Y se lleva la memoria de ilustres periodistas como Manolo García, el amigo matancero que dejó de escribir con sus 90 años, Manolo Viñas, también dueño de pluma de primera categoría, el caricaturista reconocido mundialmente con su firma TOMY, y los allegados tuneros Agustín Rojas Labrada y Alexis Pérez Sánchez.

Y más reciente hay un aliento de dolor artístico entre los tuneros por la extinta vida de un hombre que creó con sus manos figuras que lo recordarán siempre en cada una de sus obras sobre todo escultóricas. Y que como en la foto que ilustra, volverá a sentirnos de cerca con sus trazos de amor martiano. Ese día entregamos al compañero Armando Hart Dávalos una reproducción suya de la famosa foto del Che lograda por Alberto Korda. Este año se lleva mis esfuerzos junto al de muchos.

Y se lleva también el amor que sembramos en todos los que se despidieron, y sobre todo cada minuto de razones para buscar que el futuro desde 2011 en adelante, sea un beneficio del mundo mejor esperado por cada cual. Un minuto de lucha por el desvelo de los pueblos y cada instante en la batalla por liberar a los cinco Héroes prisioneros del imperio.

Te llevas mis recuerdos, 2010 y sobre ellos levanto mi futuro.