Cuba abre las puertas migratorias porque puede hacerlo
Cuba marca pautas para una normal relación migratoria
Joel Lachataignerais Popa jlpopa@enet.cu joecklouis@gmail.com
Cuba anunció oficialmente el pasado 16 de octubre la decisión de eliminar el procedimiento de solicitud de Permiso de Salida para los viajes al exterior y dejar sin efecto el requisito de la Carta de Invitación, decreto enmarcado en el propósito soberano de actualizar la política migratoria vigente y ajustarla a las condiciones del presente y el futuro previsible.
Para muchos en el mundo eclipsados por la gran campaña mediática que promueve Estados Unidos dirigida a tergiversar todo mensaje relacionado con Cuba, esta noticia puede aparecer como una sorpresa y un paso poco creíble, sin embargo, existen razones para explicar que la actualización de la Política migratoria se adecua a nuestra realidad y a la actualización del modelo económico y social en curso. No es un caso aislado, es el resultado de una larga batalla.
El decreto ley numero 302 modifica la ley 1312, ley de migración de 20 de septiembre de 1976, y – como se ha informado - establece entre otras nuevas regulaciones, extender a 24 meses la permanencia en el exterior de los residentes en Cuba que viajen por asuntos particulares, contados a partir de la fecha de salida del país. A su vez define que cuando los interesados en viajar excedan este término deben obtener, plasmada en el pasaporte, la constancia de la prórroga de estancia correspondiente, otorgada por un consulado cubano.
El nuevo decreto cubano, que posee sus reglamentos modificatorios, garantiza que al eliminar la solicitud de Permiso de Salida y el requisito de la Carta de Invitación se hacen más expeditos los procedimientos migratorios y ahorran tiempo y dinero a los ciudadanos.
Las medidas adoptadas facilitan las posibilidades de viaje para la inmensa mayoría de los cubanos residentes en el país o en el exterior, eliminan trámites a la población, propician la reunificación familiar, y contribuyen al incremento sistemático de los vínculos de la Nación y sus emigrados. Para ello la disposición extiende a 24 meses la permanencia autorizada en el exterior de los residentes en Cuba para que viajen por asuntos particulares, cuando hasta hoy ese periodo se limitaba a 11 meses.
La Ley responde de principio a fin a principios de la nación cubana, por lo que la política migratoria tiene en cuenta el derecho del Estado revolucionario de defenderse de los planes injerencistas y subversivos del gobierno norteamericano y sus aliados. Por tal motivo, se mantendrán medidas para preservar el capital humano creado por la Revolución, frente al robo de talentos que aplican los poderosos.
Cuba puede acceder a esta disposición atendiendo a su absoluta condición de nación soberana, libre, independiente, cuyos fines y objetivos se sustentan en un país de ley, que se fundamenta en principios revolucionarios de justicia social colectiva, que se ampara desde la defensa de su pueblo, pues cada hombre tiene un valor específico y colectivo, irrenunciable.
De ese modo se hace valedero el precepto que indica como una necesidad de la nación “que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”, como dijo José Martí. Eso hace del nuestro, un Estado de Derecho. Por tal razón los cubanos estamos protegidos por esa condición humana que emana de la revolución que así lo signa, en capacidad de rectificar deficiencias, errores, equívocos y autoanalizarse para salir de sus propias insuficiencias.
La Ley de Migración, es un acto de rectificación que se puede realizar ahora porque este es y no otro, el momento histórico de la revolución que así lo permite.
Los requisitos derogados, que cumplieron un rol defensivo del país, respondían a los insistentes obstáculos impuestos por las administraciones norteamericanas a lo largo de 53 años. Ya no le hacen falta a Cuba, pues el panorama del momento revela que como lo dice el editorial del periódico Granma del 16 de octubre pasado, “La inmensa mayoría de los cubanos asentados en más de 150 países mantiene vínculos estables con su Patria y con sus familiares, se opone al bloqueo y no desea la aplicación de una política agresiva contra su país de origen.”
En los últimos años el país lleva adelante una política dirigida a perfeccionarse internadamente, que pone punto de mira también en sus nexos exteriores, lo cual aparece reflejado en los “Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución” debatidos ampliamente con la población y los integrantes del Partido Comunista de Cuba y posteriormente analizados y aprobados en el Sexto Congreso de esa organización política y más tarde ratificados en su Primera Conferencia Nacional.
Estos acuerdos definidos para una política a largo plazo para toda la adecuación y actualización de la economía nacional y el estatus social en sentido general a largo alcance, hace factible la adopción de estas regulaciones y muchas otras más, que pueden ser generadas oportunamente.
El Gobierno Revolucionario cubano ha reconocido históricamente, como política de migración, el derecho de los ciudadanos a viajar, a emigrar o residir en el extranjero y en la voluntad de favorecer las relaciones entre la Nación y su emigración. Para que esto se pueda cumplir, lo que se necesita es la garantía de que se puedan establecer acuerdos serios, responsables en una migración legal, segura y ordenada, que son objetivos que se ven frustrados debido a las políticas norteamericanas reguladas por la denominada Ley de Ajuste Cubano que unida al bloqueo del Gobierno de los Estados Unidos a Cuba, ha introducido el concepto de “pies secos y pies mojados”, gracias la cual un cubano que llega ilegalmente a los Estados Unidos, puede convertirse en un ser privilegiado que puede alcanzar numerosos beneficios, que otro migrante del mundo, no puede obtener.
Las administraciones norteamericanas han estado más interesadas en mantener sobre Cuba el ilegal y genocida bloqueo económico el intento de construir una oposición interna mediante acciones subversivas y el empleo de agentes a sueldo han sido sus componentes esenciales, incluyendo campañas mediáticas y “robo de cerebros”, hasta atentados terroristas, sabotajes y agresiones de todo tipo, y de esa manera interrumpieron siempre la adopción seria de acuerdos migratorios con nuestro país y cuando estos fueron concebidos, persistieron en promover algún modo de impedir su cumplimiento.
Es precisamente la tozudez de Estados Unidos lo que impide que la política trazada ahora, no pueda ser más amplia, pues existiendo pactos sostenidos en la justicia, la transparencia y la seriedad política, ambas naciones podrían certificar desplazamientos de ciudadanos caracterizados por legalidad, la seguridad y el orden, para felicidad de todos.
La pequeña isla del Caribe, asediada por el bloqueo, la amenaza terrorista, víctima de incesantes y mentirosas campañas de propaganda mediática, es sin embargo, el país que asume la iniciativa, con una noticia que sorprenderá a quienes creen lo que dicen los medios que hacen coro a los Estados Unidos y causa alegría y expectativa en aquellos que simpatizan, creen y luchan a la par de Cuba, especialmente su diáspora radicada a más de 150 naciones. Ha sido una larga historia de batallas diplomáticas y de enfrentamiento al poder de los medios tradicionales y digitales de la prensa norteamericana. Cuando la verdad se abra pasos, habrá que escribirla.
Rastreando criterios al respecto, encontramos en el sitio cubano Cubadebate esta opinión, de un lector optimista, que expresa su alegría y reflexiona a la vez:
“Creo que lo más importante de estas medidas tomadas por el estado cubano, amén de la infinita sabiduría que trae implícita, es que demostrará la verdadera política del gobierno de EE.UU, la dejará al desnudo. En pocos meses nuestros compatriotas se darán cuenta quien es el que le niega el derecho a salir. Creo que cuanta ley y restricción que exista en nuestro país que de pie a justificar de algún modo la política estadounidense debe ser derogada demostrando así quien es quien….Recuerden siempre, vale más tarde que nunca, y es de humanos rectificar”.
El a nuncio ha recibido apoyo interno y externo y también preocupaciones. La Revolución es un proceso generado desde el pueblo. Ese pueblo comprende y comprenderá que hay situaciones que deben ser atendidas con mucha mesura y calma. No es problema de lanzarse a la calle a ciegas. Este cambio de beneficio para todos merece esos saludos. Pero para cambiar, que es rectificar errores como siempre la inteligencia de la revolución ha sabido resolver, no puede ser con apresuramientos, porque más vale la pena cambiar con dignidad y con pensamiento atinado.
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