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CULTURA

Danza tunera rememora el triunfo de Cuba

Danza tunera rememora el triunfo de Cuba

 Cuatro jóvenes bailaron por el Primero de Enero victorioso

 

Joel Lachataignerais Popa jlpopa@enet.cu  joecklouis@gmail.com

 

“Guajira con tumbao”, sabroso chachachá que en décadas del Siglo XX se bailó en fiestas populares de toda Cuba, fue la cortina que se utilizó como telón de cierre en el acto por el Primero de Enero del municipio de Las Tunas, en la provincia oriental que lleva ese mismo nombre.

Estos cuatro muchachos, pusieron en el tabloncillo el alma, y demostraron pericia y un camino profesional en desarrollo y ya se perfilan como bailarines integrantes de una de las agrupaciones de pronto reconocimiento para el prestigio de la localidad.

Ellos vinieron al mundo apenas 20 a 25 años atrás, quizás sus padres tampoco estuvieron presentes en las calles tuneras aquel legendario Primero de Enero de 1959, pero bañados por la tradición y la identidad, saben lo que significa la fecha.

La foto los presenta pocos minutos después de concluir el acto municipal de Las tunas por el aniversario 55 del triunfo de la Revolución Cubana. Sus rostros permiten la evaluación.

Como en Cuba, Las Tunas aporta esfuerzos a la paz y al desarrollo

Como en Cuba, Las Tunas aporta esfuerzos a la paz y al desarrollo

La vida necesita vivir

 

Joel Lachataignerais Popa  jlpopa@enet.cu joecklouis@gmail.com

 

 

La Conferencia General de la UNESCO decidió en 2001 proclamar el día 10 de noviembre Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo. Este es  un evento anual en todo el mundo para recordar el compromiso asumido en la Conferencia Mundial sobre la Ciencia, que se celebró en Budapest en 1999, bajo el auspicio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Consejo Internacional de Uniones Científicas (CIUC).

El propósito del Día Mundial es Ciencia para la Paz y el Desarrollo es renovar el compromiso, tanto nacional como internacional, en pro de la ciencia para la paz y el desarrollo, y hacer hincapié en la utilización responsable de la ciencia en beneficio de las sociedades y en particular, para la erradicación de la pobreza y en pro de la seguridad humana. El Día Mundial también tiene por objeto lograr una mayor conciencia en el público de la importancia de la ciencia y colmar la brecha existente entre la ciencia y la sociedad.

En su mensaje para esta ocasión, la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, dijo que en este 10 de noviembre de 2012, en el Día Mundial de la Ciencia para la  Paz y el Desarrollo, trasmite “… un llamamiento a los gobiernos, la sociedad civil, los actores públicos y privados, más allá de los círculos científicos, a movilizarse para liberar el potencial de todas las ciencias a favor del desarrollo y la paz, indisociables y necesarios para el porvenir que queremos”

Este año se cumple la décima celebración del Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, con el tema, «Ciencia para la Sostenibilidad Global: interconectividad, colaboración, transformación».

La idea es llamar la atención sobre nuestros cada vez más interconectados e interdependientes sistemas económicos, sociales, culturales y políticos, tanto sobre la presión que estos generan en el ecosistema de la Tierra como en el potencial de soluciones que ofrecen, aún dentro de las discordantes formas de desarrollo económico y social existentes, rivalidades ideológicas y, sobre todo, de las tendencias guerreristas de las naciones más poderosas del orbe sobre las más débiles y pobres.

Al respecto, en la  Conferencia  de Naciones Unidas sobre Medio –ambiente y Desarrollo, 1992, denominadas, diálogo de Civilizaciones, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, pronunció un discurso de significativa trascendencia que perdurará pro su vigencia excepcional. Fidel dijo:

“Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre.(...) Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente”.

Consecuente con estas palabras, Cuba cumple con la parte que le corresponde. El Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba, once lineamientos bajo el título de Política de Ciencia, Tecnología y Medio Amiente, que aseguran la labor sistemática del país para ofrecer sus aportes que exige la UNESCO desde el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo,  para una labor diaria.

En Las Tunas, (670 kilómetros al este de La Habana),  existen ejemplos concretos de la labor que se despliega sistemáticamente para defender los principios en la lucha por Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo.

Las atenciones de salud, en el programa materno infantil que crece sistemáticamente, en la lucha por reducir anualmente la mortalidad infantil, en la aplicación de las nuevas tecnologías en las diversas áreas de la actividad económica y social.

En los municipios de Jobabo y Manatí, se protegen los cocodrilos y otros animales, los bosques, ríos; hacia el norte de la provincia, entre Puerto Padre y Jesús Menéndez, (Chaparra),  se vigila la salinización de la tierra, se protegen las costas y en el resto del territorio existe una fuerte actividad del Ministerio de Ciencia Tecnología  Medio Ambiente, que se encamina también a la educción de la población, con el apoyo de las universidades Pedagógica, Médica y Tecnológica.

Recientemente, la aplicación del HEBERPROT – P, en las instalaciones de salud de la provincia, disminuye  las afectaciones en más de 500 personas aquejadas de diabetes en los pies.

En Cuba se desarrolla un programa científico encaminado a lograr crecimientos educativo, cultural e intelectual, de modo tal que se generen avances tecnológicos en beneficios económicos y sociales, dirigidos además, hacia la promoción de la investigación en la solución de problemas esenciales en pos del desarrollo de la nación.

La revolución ha puesto en marcha programas de desarrollo, que  persiguen que Cuba pueda ejercer sus aportes científicos al desarrollo de la paz y el desarrollo. Cuba no piensa en la guerra, sino en la paz, aunque tenga que  significar un mínimo de su quehacer en protegerse.

La protección de la población garantizando su alimentación, es un principio que beneficia a la paz y al desarrollo; en Cuba bloqueada por Estados Unidos por mas de medio siglo,

La población crece sana y saludable y los tuneros cuentan con el aval de poseer los más notables tasas de expectativas de vida por encima de 70 años, es un aporte concreto al propósito que busca el día  Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo.

 

Rómulo Lachatañeré una luz en mi camino

Rómulo Lachatañeré una luz en mi camino

Única foto de Rómulo en mi poder

 

Joel Lachataignerais Popa, jlpopa@enet.cu  joecklouis@gmail.com  

 

Durante los días del 17 al 19 de octubre pasado, en Las Tunas se realizó el Primer Coloquio Nacional Científico cultural Yoruba de Cuba “Itá Ímolé”,  donde interactuaron representantes de esa congregación de varias provincias cubanas.

Fui invitado y expuse allí mis consideraciones acerca de Rómulo Lachataignerais, cuya versión ofrezco a continuación:

En 1951 tenía yo 7 años de edad. Iba en compañía de mis hermanos y  de la mano de mi padre, Luis Felipe Lachataignerais Calderín. Era la calle Martí de Bayamo y estábamos frente a la escuela “Rafael María de Mendive”,  donde mi padre trabajaba y nosotros estudiábamos. Allí mismo, en la otra acera, estaba la  barbería “El arte”, propiedad de uno de los alumnos de Luis Felipe, que se llamaba Conrado. Fue éste quien llamó a mi papá, en tono de urgencia y vino hacia él trayendo en su mano derecha la tijera con que pelaba a un cliente: “Luis, le dijo: acabo de oír por la radio la noticia de la muerte de Rómulo. Murió en un accidente aéreo”.

Esta es la primera referencia que conservo en mi mente sobre Rómulo Lachateñeré.

Después aquel niño, con la brevedad de la edad, hurgó como pudo en la memoria del padre, quien sabiamente colocó en su corazón la admiración por el tío.

Hago referencias, por tanto, a lo que aprendí con mi padre desde su admiración por Rómulo y a pasajes tomados de lecturas relacionadas con el hermano de mi padre. Debo expresar que nunca he podido obtener uno de sus libros. ¡Oh mío, Yemayá!, es el único que he podido leer a mis años, aunque interés por su literatura no me ha faltado.

I

He encontrado en lecturas realizadas que hablan de la figura de Rómulo Lachateñeré y que hacen importantes referencias.

Recuerdo con mucho agrado la visita que me hizo una vez la amiga periodista ya fallecida, Lázara Rodríguez Alemán, cuando en 1996 se celebraba en Las Tunas el 26 de Julio, y estuvo en mi casa para preguntarme sobre Rómulo. Traía un libro, de donde tomé algunas notas. Ella andaba en la ruta de la vida de Rómulo y se iba a Nueva York, detrás de Dyana Lachataignerais, la hija, para obtener información para algo que estaba escribiendo.

Aunque nos vimos en otras oportunidades, sólo me quedé con aquellas notas que están en algún lugar de mis papeles hogareños. Lázara falleció después de que un día hablamos por teléfono y acordamos vernos alguna vez.

Conozco otras personas que han estado interesados en la vida de Rómulo, inclusive conozco que Dyana, su hija, estuvo a finales de  la década de los 90 en Cuba con el objeto de entrevistarse con la familia, pero sólo llegó hasta Santiago de Cuba.

De modo que voy a reseñar algunas ideas extraídas de las lecturas que me han hecho comprender modestamente y con sinceridad, que Rómulo Lachateñeré es merecedor de un mejor reconocimiento público, tanto desde el punto de vista investigativo cultural, como en el orden social revolucionario, que permitan colocar su figura en un sitio de ciencia, cultura y luchas revolucionarias.

II

La década del 30 del pasado siglo revela un espíritu renovador en diversas manifestaciones artísticas. La música, la poesía, la literatura en general, la crítica, la pintura, abren un espacio al tema negro, y lo hacen mediante algunas de las figuras más representativas de la joven intelectualidad de entonces, por lo que desbrozan un camino que, labrado y vuelto a labrar, arroja frutos fecundos hasta nuestros días.

La etnología y el folclor encuentran sus máximos exponentes en el quehacer de Fernando Ortiz y de su discípula Lydia Cabrera. Ambos profundizan en el tema y estampan su huella. Pero no son los únicos: la obra de Rómulo Lachatañeré existe, está ahí, para ser tomada en cuenta.

El apellido original de este investigador es de origen francés, Lachataignerais, que castellanizado nos queda como Lachatañeré. Santiaguero, nacido el 4 de julio de 1909, el árbol genealógico de este cubano olvidado lo emparenta, en condición de nieto, con el mayor general del Ejército Libertador Flor Crombet, por lo que además de la fibra patriótica, pertenecía a una de las familias mulatas más encumbradas de la región oriental.

 Los estudios básicos los cursó en Santiago de Cuba y los de Doctor en Farmacia en la Universidad de La Habana. Su adolescencia y juventud transcurren en los años de la dictadura de Gerardo Machado, la cual combate desde las filas estudiantiles.  Derribado este por un movimiento popular y frustrada la revolución en ciernes, fue encarcelado por su participación en la huelga de 1935.

Aquella sangre mambisa no lo impulsaría solo hacia la indagación por nuevas áreas, sino que lo llevó a exponer su vida en favor de las causas que creyó justas.

Embarcó hacia Estados Unidos y en Nueva York trabajó de laboratorista en la Universidad de Columbia y sirvió en las filas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial.

Hasta aquí, sucintamente, la ficha biográfica de Rómulo Lachatañeré. Entremos ahora en el motivo de su presencia en esta sección.

Colaboró en Diario de Cuba, de la ciudad de Santiago, y en Noticias de Hoy, órgano de prensa de los comunistas cubanos (tal era la filiación de Lachatañeré), también lo hizo para las revistas Estudios Afrocubanos, Mediodía y Visión, esta última editada en la urbe neoyorquina.

De la obra investigativa de Rómulo Lachatañeré acerca de las leyendas y cultura negra, destacan sus textos “El sistema religioso de los lucumís y otras influencias africanas en Cuba”, publicado en la ya citada revista Estudios Afrocubanos, así como los libros ¡Oh, mío Yemayá!, de cuentos y cantos de origen africano, con prólogo de Fernando Ortiz, de 1938, y Manual de santería; el sistema de cultos lucumí, editado en La Habana, en 1942.

Nicolás Guillén —recordémoslo en su faceta de periodista— en crónica recogida en su libro Prosa de prisa, escribe de ¡Oh, mío Yemayá! que se trata de “narraciones breves, cargadas de poesía fresca, primitiva: relatos fabulosos en que se mueven las deidades más prestigiosas de la mitología africana”. En cuanto al segundo de los libros de Lachatañeré, el autor examina el fenómeno del sincretismo religioso en Cuba.

Rómulo Lachatañeré viajaba de San Juan, Puerto Rico, hacia Estados Unidos, donde laboraba, cuando murió en un accidente de aviación ocurrido en 1951 (Rómulo Lachatañeré, un centenario;  Leonardo Depestre Catony , 14 de julio de 2009; La Jiribilla, domingo 2 de septiembre re de 2012, actualizado el 31 de agosto de 2012)

Cuando se habla del origen de los estudios afrocubanos en Cuba siempre se mencionan –muy justamente– dos nombres famosos: los de Fernando Ortiz y Lydia Cabrera. Pero se olvida sistemáticamente el de otro pionero, cuya obra es de importancia capital en el desarrollo de la etnografía criolla: el nombre de Rómulo Lachatañeré. (Pioneros de la etnografía afrocubana, Jorge Castellanos).

Una brasileña, Olívia M.G. Cunha, en uno de sus textos, “Travel, Ethnography, and Nation in the Writings of Rómulo Lachatañéré and Arthur Ramos”, hace interesantes revelaciones sobre la vida y obra de Rómulo. Destaca su personalidad y su actuar en torno a la etnografía, destacándolo como uno de sus iniciadores en Cuba y ofrece notas importantes en torno a la presencia de su actividad en la gran nación sureña.

Leonardo Depestre Catony, en la publicación cubana, La jiribilla, ha escrito un texto el pasado año, a propósito del centenario del natalicio de Rómulo, significándolo como iniciador de la etnografía e investigaciones acerca de las culturas negras en Cuba, junto a importantes investigadores cubanos, como Fernando Ortiz y Lydia Cabrera.

En el libro Cuentos negristas,  escrito por Salvador Bueno, y Andrés Bansart, se reseñan sus cuentos. Jorge Castellanos en un texto titulado Pioneros de la etnografía afrocubana, distingue la personalidad de Rómulo; existen textos donde Don Fernando Ortiz expresa sus opiniones sobre él, al igual que nuestro poeta nacional lo ha referido, distinguiéndolo entre sus más cercanos amigos.

No me quejo, pero pienso que pudiéramos reconocerlo más.

He vivido siempre orgulloso de Rómulo. Alguien a quien me hubiera gustado parecerme.

A mi padre, quien cumplirá 25 años de fallecido el próximo día 27, dedico estas palabras y le agradezco habérmelo sembrado en el corazón y también reconozco aI Coloquio Nacional Científico- Cultural  Yoruba “Itá  Imòlé”, en particular a Adelfa Polanco y a  ustedes, la gentileza de permitirme este recuento que me transporta a mis orígenes y demuestra identidad y cultura defendibles desde la realidad circundante.

Hasta aquí, Rómulo Lachatañeré: una luz en mi camino. Muchas gracias

 

 

 

 

 

 



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Asociación Yoruba de Las Tunas reclama regreso de los Cinco

Asociación Yoruba de Las Tunas reclama regreso de los Cinco

El Presidente, José E. Suárez, reclamó el regreso de los Cinco.

 

Joel Lachataignerais Popa, jlpopa@enet.cu  joecklois@gmai.com

 

La Asociación Cultural Yoruba de Cuba, realizó en Las Tunas su primer coloquio nacional, que bajo el título de “Itá Ímolé”,  debatió interesantes temas de orden culturológico identitario, principalmente, los días del 17 al 19 de octubre.

Entre los temas expuestos se organizaron tres comisiones, destinadas a intercambiar acerca de La diversidad de manifestaciones religiosas en Cuba; Metáforas sonoras, visuales y lingüísticas en el texto y la música yoruba y La tradición Ifa / Osha, estructura de la religión Yoruba como dimensión ritual y filosófica.

En el acto inaugural se produjo un intercambio interesante entre algo más de 80  asistentes y el prestigioso percusionista cubano, Milian Galis Riven, quien se refirió con amplitud al uso de los tambores, la diferenciación que existe entre el ritmo de un ritual en sus diversas manifestaciones y aquel que se puede generar para la música popular y para la clásica.

Galis Riven, criticó las deformaciones que se adquieren por la mala formación de algunos percusionistas y el uso inadecuado de los tambores, por ejemplo el Batá, en la música popular, insertada en la difusión pública, en particular en los medios de difusión, distorsionando su natural rítmica.

Anunció que con el objetivo de ayudar a que no se pierdan los recursos musicales del tambor, para contribuir a la formación de percusionistas y para el disfrute popular de las sonoridades tradicionales de origen afro cubano, tiene en producción un disco que debe concluirse en los próximos meses.

“Yo aprendí de percusionistas que nacieron a finales del Silgo XIX y principios y mediados del XX, heredé esas formas que están en la identidad cubana y no deben perderse”, acotó.

La doctora Gloria Esperanza Reyes, integrante de la Junta Directiva Nacional, puso énfasis en el contexto conceptual que reúne a los yorubas cubanos, destacando que no existen motivos para confundir sus esencias en la búsqueda del mejoramiento humano, de salud natural de los individuos.

Durante las sesiones ocurrieron tres momentos de sumo interés que atrajeron la atención de los presentes:

El homenaje rendido por los delegados a los 400 años del hallazgo de la Virgen de la Caridad del Cobre, mediante una misa efectuada en la Iglesia Católica.

La intervención final del Presidente de la Asociación Yoruba de Las Tunas, José E. Suárez Ortiz y la carta enviada al Comité Internacional de apoyo a la causa de los CINCO Héroes cubanos prisioneros del imperio en los Estados Unidos.

El primer momento resultó de grato encuentro fraternal para agradecer el acontecimiento acaecido en el norte de la provincia de Holguín, hacia 1612. Varios delegados calificaron el instante de emotivo, único y revelador.

En el segundo, José E. Suárez Ortiz, conceptualizó las esencias de la organización Yoruba en Cuba, particularmente en Las Tunas, caracterizando su actuar en la sociedad.

Recordó que los Orishas  llegaron a América y El Caribe a finales del Siglo XVII y la primera mitad del Siglo XIX formando parte del mercado de esclavos que invadió el Continente, las islas caribeñas y particularmente a Cuba.

Destacó que la religión Yoruba trasmite al mundo un mensaje de amor y de paz que se fundamente en la hermandad de toda la humanidad, alejado de toda segregación de sexo, color de la piel y abarca la naturaleza misma, y ha sobrevivido en la historia mitos, malas interpretaciones, incomprensiones que hacen de ella una exacerbación imaginativa morbosa y equivocada.

Significó que “Lo yoruba constituye toda una cultura y una ética de vida”, que tiene bases propias y está asentada en principios filosóficos fundamentales para su práctica y liturgia!

El otro momento está relacionado con la batalla por la liberación del los cinco héroes prisioneros del imperio.

“Desde nuestra trinchera, con nuestras ideas y nuestra fe, queremos hacer el aporte de hoy para contribuir modestamente a la batalla universal por la liberación inmediata y el regreso a la Patria de Gerardo, Antonio, Fernando, Ramón y René y finalicen tan injustas condenas.

“Desde Las Tunas, hermanos mayores y menores, que siguen los pasos de nuestros ancestros, vinculados siempre a las gestas libertarias, solicitamos al gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, que tenga un gesto de buena voluntad y justicia, ponga fin a estas condenas brutales y nos devuelva a los Cinco. Reclamamos: ¡Obama, give me five!”

 

 

 

 

 

 

INEVITABLE RECUERDO DE SARA GONZÁLEZ

INEVITABLE RECUERDO DE SARA GONZÁLEZ

El excelente trino de Sara González es inolvidable

            

Joel Lachataignerais Popa jlpopa@enet.cu joekclouis@gmail.com

 

Cuando el 28 de septiembre de 1960 Fidel anunció la constitución de los Comités de Defensa de la Revolución, sentimos un golpe de alegría en los corazones. Se estaba proponiendo un instrumento más para la defensa de la sostenibilidad de la revolución naciente, frente a toda aquella armazón contrarrevolucionaria que, desde adentro y desde afuera, intentaban dividir y destruir: por cierto, siempre ha suido más desde afuera que desde adentro.

Los enemigos supieron en el acto que se trataba de una fórmula más para la unidad el pueblo entorno al líder Fidel Castro, al Ejército Rebelde, devenido Fuerzas Armadas Revolucionarias, y junto a las nobles causas que en su conjunto sustentan el concepto de Revolución de entonces y de ahora.

Aquel día Fidel anunció “un sistema de vigilancia colectiva”, al cual entregó como tarea fundamental la vigilancia revolucionaria en cada cuadra, el barrio, para proteger las conquistas de la revolución, y de allí nació una poderosa organización  que representa la unidad genuina del pueblo en torno a su revolución.

Los Comités de Defensa de la Revolución, (CDR) no sólo acogieron aquella tarea, impulsaron en los primeros momentos la campaña de alfabetización, contribuyeron a distribuir medicinas, fueron desde el primer instante el vehículo idóneo para llegar a todo el pueblo con la educación para la salud, organizando audiencias sanitarias y creando condiciones para la vacunación infantil contra la poliomielitis y muchas otras enfermedades.

Limpiar, embellecer, adornar casas y calles, desarrollar un movimiento en torno a esa idea, “Mi casa alegre y bonita”, con tribuyó a la unidad del barrio y la familia y a la educación sanitaria.

Los Comités de Defensa de la Revolución en toda Cuba han sido vía para organizar al pueblo en movilizaciones económicas de apoyo a labores agropecuarias y para la organización de la presencia popular en momentos importantes del país, como los referendos realizados para obtener criterios y apoyos en torno a la Constitución de la República, para elegir a los delegados y diputados a las asambleas del Poder Popular municipales, provinciales y Nacional y para levar a cabo actividades como el Censo de Población y Viviendas.

Los CDR – como el pueblo los llama con cariño y admiración- ahora cumplen 52 años de vida, están inmersos en las acciones que promueve el Partido Comunista de Cuba para las necesarias adecuaciones que el país requiere para cambiar todo lo que tenga que ser cambiado, a partir de la adecuación del modelo de economía socialista que Cuba emprendió después de 1959 y seguramente la organización promoverá acciones que estén en línea con los momentos actuales insertando en ellas a las jóvenes generaciones.

En Cuba, ser cederista, es sentir el orgullo de marchar a la altura popular de la revolución.

Como en cada época de ebullición del pueblo cubano, la inspiración tocó a la puerta de las musas. Esta vez Eduardo Ramos, el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, sembraron en el alma del pueblo una canción devenida Himno, La Canción de los CDR.

Sólo recordar:

 

Desde la Sierra a la ciudad

Tanto en el monte, como en el mar

Barrio por barrio, pueblo por pueblo

A la vanguardia, va el Comité…

 

Ofrece la dimensión de la organización, y  Sara González, la voz guía de la pieza épica popular, como Bayamesa de nuevos tiempos insertó en la hondura del pueblo la conciencia de ser cederista, es miembro de los Comités de Defensa de la Revolución, CDR.

Ya ha fallecido, pero Sara está ahí en la dulzura, el amor, la candidez trovadoresca de esta pieza patriótica, revolucionaria que al ejecuta la emoción invade los recuerdos.

Y es inevitable entonarla para sentir la presencia inolvidable de Sara, su gracia escalando el pentagama y sembrándose en aquel estribillo del coro que ella colorea…Comité, Comité, Comité…  

 

Cuba: Saludo personal al 26 de Julio en Las Tunas

Cuba: Saludo personal al 26 de Julio en Las Tunas

(Foto del autor)

Joel Lachataignerais Popa jlpopa@enet.cu  joecklouis@gmail.com

Jorge Pedro González Armas, lleva como seudónimo para su labor como artista de la plástica y especialmente como caricaturista, tres sencillas letras JPG. Él es el diseñador gráfico del semanario 26, de la provincia cubana de Las Tunas.

De él los habitantes de Las Tunas conocieron recientemente tres exposiciones personales: Abajo la guerra y otras crisis: una denuncia al crimen, a la demencial guerra imperial y al descuido medioambiental, puesta  en el vestíbulo del Teatro Tunas,  muy visitada y reconocida por especialistas y público en general.

Otra muestra titulada,  Con mi gente estoy aquí, en la Casa de la Unión de Periodistas de Cuba de Las Tunas, donde recrea su visión acerca de personalidades del periodismo tunero, que también fue admirada por quienes la disfrutaron y otra que bajo el título de exposición personal de JPG, hace un enfoque a las rivalidades del mundo actual.

Ahora Jorge Pedro González Armas, JPG, se muestra en la Casa de la Amistad, de la Dirección Provincial del Instituto de Amistad con los Pueblos (ICAP), que trasciende con una selección de carteles de propaganda, que le hace recordar su origen de diseñador gráfico (1980 – 2008).

Sus carteles de ahora representan en una diversidad temática, su interpretación sobre los sucesos del 26 de Julio de 1953 y la fecha vista  actualidad. Resalta la calidad del cartel que ilustra este texto, en el cual representa la figura del Héroe Nacional de Cuba,  José Martí, vistiendo el uniforme del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

La muestra titulada "Exposición de carteles en saludo al 59 aniversario del Moncada", es su analogía con aquella expresión de autodefensa, en que el líder de la Revolución manifestó ante el tribunal que lo juzgaba, cuando destacó enérgicamente que: “…el autor intelectual del Moncada es José Martí…”

Cuba encuentra nuevos elementos de identidad nacional

Cuba encuentra nuevos elementos de identidad nacional

 Ramon Batista, Leticia Fernández, Dora Pérez, Alba Orta Ruiz y Maria Eugenia Azcuy, (Marulis) en el panel sobre Jesús Orta Ruiz, (El Indio Naborí). Foto del autor

 

Joel Lachataignerais Popa  jlpopa@enet.cu joecklouis@gmail.com

 

Vi muchachas y muchachos de la provincia cubana de Las Tunas, bailar a golpe de tambores y siguiendo estribillos de origen africano y caribeños, del mismo modo en que pocas horas antes aplaudían y coreaban las actuaciones de repentistas cantores de la décima guajira cubana. Estaban juntos en el asfalto, frente al Museo Provincial “Mayor General Vicente García González, se miraban y mezclaban sus ansias de baile entre el público espectador y no había diferencia entre sus colores de piel y otras pequeñeces humanas sin importancia, resaltadas antaño por las costumbres del aún existente espíritu de discriminación. Ellos simplemente bailaban, más bien: gozaban.

Me llamaba la atención, porque en algunos casos los he visto en escenarios próximos a aquella instalación, detrás de algún grupo de Rock o Reggaetón.

Estas imágenes se produjeron dentro del desarrollo inicial de la XLV Jornada Cucalambeana, la más grande fiesta campesina de Cuba y como parte del jolgorio popular criollísimo disperso por la ciudad y en El Cornito, en torno a las ruinas de la casa donde residió el bardo tunero cultor de la espinela, Juan Cristóbal Nápoles y Fajardo –El cucalambé- en ocasión del 183 aniversario de su natalicio.

Fue en el espacio abierto para debates teóricos: el primer día, 27 de junio, titulado “Para ver más allá de las estrellas”, en honor del cumpleaños 90 de Jesús Orta Ruiz, “El Indio Naborí” y el segundo, viernes 28, con el tema “La diversidad Cultural en el legado africano y sus portadores en los campos de Cuba”.

Ramón Batista, Director de la Casa de la Décima Iberoamericana de Las Tunas, presentó los dos talleres. María Eugenia Azcuy Rodríguez (Marulis) con fina sencillez femenina condujo el dialogo franco, ameno, profundo y cargado de entrañable afinidad familiar, en el cual todos viajaron en el diapasón de “ver más allá de las estrellas” para conocer mucho más a El Indio Naborí. Para ello la propia Marulis, presentó una síntesis de la obra de Jesús Ora Ruiz, en torno a una temática seguida por él y muy poco explorada en el orden investigativo: la religiosidad poética de Naborí, es decir, décimas y poseías en que su creatividad corre los caminos populares del credo religioso cubano.

Después vino Alba Orta Pérez, la hija de “El Indio”, quien vino – por primera vez – a Las Tunas, en sustitución de su hermano Fidel. Con la gracia del poder de la palabra humilde, Alba contó travesuras de su padre, cómo aquella figura se movía en casa, su entrañable vínculo con el campo cubano, su alegría e influjo familiar cada vez que se acercaba el día de la Jornada Cucalambeana y hasta algún día en que quiso visitar a alguien y el entusiasmo hizo olvidar la dirección y todos andaban perdidos en el monte, pero contagiados por su alegría…  

La investigadora de la provincia de Matanzas, Dora Pérez García, mediante su indagación, contó cómo surgió la Casa de la Décima Naborí, de la zona matancera de Limonar, donde –asegura ella – es posible que se le haya rendido el más grande y mejor homenaje al Indio.

De cómo el propio Naborí era partidario de que una institución le diera seguimiento y atención a la décima y también de cómo vino la idea de esta casa, que para todos debiera llamarse Naborí y cuánto tuvieron que hacer para que él, en vida, aceptara, no sin antes reprocharlo sencillamente.

Leticia Fernández Sánchez, investigadora de la Casa Iberoamericana de la Décima, de Las tunas, se refirió a los principales hitos de la presencia de Jesús Orta Ruiz en Las Tunas, principalmente para asistir a las tradicionales fiestas de junio-julio para tributar honores a El Cucalambé. Y cerró un documental presentado por Maria Eugenia Azcuy Rodríguez. Marulis se refirió brevemente al audiovisual de 21 minutos de duración, que bajo el título de “Sigo empeñado en decir”, retomando uno de sus versos, presenta una breve caracterización de quien, desde niño, cargó en sus espaldas esa vocación que lo trajo después a Las Tunas, para inmortalizar la presencia de la espinela en los campos de Cuba.

En la misma sede, 24 horas mas tarde un equipo de doctores, investigadores del patrimonio cubano, ofreció información abundante en el análisis del tema” La diversidad cultural en el legado africano y sus portadores en los campos de Cuba”, excelente idea para esta emisión antesala de los 50 años de Jornadas Cucalambeanas, que, debe convocar para 2013 su continuidad, pues, coincido con los criterios del Doctor Jesús Guanche Pérez, en que se demuestra que en los campos cubanos no sólo frecuentan aquellos procesos culturales españoles, sino los provenientes de África, y de otros exponentes mostrados en la reunión tunera.

Guiados por Edelberto Rollero Moya, los asistentes ofrecieron un formidable grupo de informaciones, dignas de tener en cuenta en el desempeño cultural y de las políticas culturales del país.

El doctor Jesús Guanche Pérez, demostró con su investigación, “La africana de la cultura cubana en las zonas rurales de Cuba”, que en todo el país existen sitios de fortaleza en que subsisten, junto a los exponentes criollísticos y remanentes españoles, formas de diversidad cultural africana que se insertan en lo cubano de modo natural y ecléctico.

En el tema “Elementos de la cultura de estirpe africana y sus portadores de la cultura campesina cubana”, el MsC. Rafael Lara González, se pudieron apreciar diferentes expresiones de músicas, cantos y otras formas de cultura, esencialmente en manifestaciones Arará, Gagá, sones, rumbas, de instrumentos musicales, el Güije o Jigüe – curiosamente blanco o negro -, y de familias enteras que han dedicado su existencia a mantener vivas esas tradiciones. Su ponencia concluyó con un tributo a quien es ícono incondicional de tradiciones cubanas: Celina González, su virtuosismo y su legado de Changó.

El léxico africano, desde el estudio profundo centrado en la lingüística, desde lo simbólico, lo religioso y lo sagrado, las estructuras y costumbres de sus usos, demostrativo de su presencia en el habla de los campos de Cuba. La Doctora Gema Valdés Acosta, de la Universidad de Villa Clara, en su disertación dirigió todos los intereses a este aspecto tan importante que es la comunicación en la ruralidad, en que se mezclan vocablos africanos con otros que configuran la identidad del cubano.

De todo lo anterior, aparee referido un resumen en la presencia afro en territorios de la provincia de Las Tunas, fundamentalmente en sus zonas norte, centro y sur, que fue el contenido de la conferencia de la Doctora Graciela Chailloux Laffita, sobre la presencia de antillanos en Las Tunas, que argumenta, que a lo africano, debe añadírsele la presencia de otras culturas entre los cubanos, como aquellos que vinieron a la Isla a trabajar, procedentes de cercanos territorios de Las Antillas.

“El sistema mágico religioso de procedencia africana en el campesinado”, fue el tema final. Sumamente interesante e importante, que presentado por la Doctora Lázara Méndez, constituyó un llamado a apreciar que el individuo establece en sí mismo un nexo entre lo vivo y lo muerto, lo material e inmaterial, para asirse a un modo de esperanzarse para vivir.

El encuentro resultó un modo de comprender una vez más la certeza de Don Fernando Ortiz al comparar a la cultura cubana con ese plato tradicional de la cocina cubana que es el ajiaco, solo que a su condimento será necesario agregarle las especies africanas y antillano – caribeñas, para completar  su rico espesor de naturaleza criolla y de alta Cubanía. A su vez, la importancia de que tales elementos que provienen de largos años de trabajo de investigación de campo, puedan ser asumidas por las políticas culturales de la nación.

Uniendo los dos días de reflexiones teóricas de la XLV Jornada Cucalambeana, se podría referenciarse que el cubano es más que una mezcla de hombre autóctono del Caribe y antillano, andaluz, africano, y que esas raíces andan juntas hermanadas por naturaleza en toda su ruralidad.

Por eso no tiene nada de raro, extraño e incomprensible que la Conjunto Folclórico “Onilé” se manifiesta con sus danzas y cantos afro cubanos, o naturalmente africanos, y en torno suyo bailen muchachas y muchachos, sin distinción de edades, color de piel o formas de vestir.

   

La Edad de Oro en constante estudio

La Edad de Oro en constante estudio

Msc. Ariagna Álamo Vega, Profesora Universitaria

 

Joel Lachataignerais Popa  jloppa@enet.cu joecklouis@gmail.com

 

En honor a nuestro Héroe Nacional, la Master en Ciencias del Desarrollo Cultural Comunitario, Ariagna Álamo Vega, disertó en al Museo Provincial Mayor General Vicente García de Las Tunas, ante una concurrencia de jóvenes alumnos de la Escuela Militar Camilo Cienfuegos de Las Tunas.

El tema de su conferencia, “Dimensiones de la Edad de Oro”,  se refiere a un  proyecto que se lleva a cabo por estudiosos de la obra de José Martí en la Universidad “Lenin”, de Las Tunas,  en torno a las diversas facetas del contenido de la Revista para niños de América que concibió José Martí, bajo el título de “La Edad de Oro”.

Ariagna explicó que varios profesores de esa universidad vienen trabajando desde hace algún tiempo en la búsqueda de aquellas temáticas que se recogen en la revista, con tópicos relacionados con la historia, la filosofía, las artes, la sicología, la pedagogía, y otros.

Hacia cada una de esos aspectos, vienen trabajando desde hace más de una década, desde los programas concebidos por la Cátedra Martiana y el Club de la Sociedad Cultural José Martí de esa entidad, en cuyos fines han contado con la inspiración y apoyo de la ya fallecida, Dra. Ada Bertha Frómeta Fernández.

La master Ariagna Álamo Vega, hizo ver entre lo0s jóvenes estudiantes de la escuela militar tunera, cuán importante es integrarse al estudio del pensamiento martiano, descubrirlo desde adentro de él mismo y seguirle sus pasos en la construcción de un mundo nuevo para todos.

Es volver a Martí, devolviéndole a él, desde las nuevas generaciones lo que él mismo cosechó, pero advirtiendo todo lo que de nuevo y bello se pueda cultivar en la esperanza representada entre tanta juventud presente.