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LAKASTAGNER

EN MI MEMORIA DICIEMBRE DE 1958 Y EL PRIMER DIA DE ENERO

EN MI MEMORIA DICIEMBRE DE 1958 Y EL PRIMER DIA DE ENERO (II Parte)
Por: Joel Lachataignerais Popa
joecklouis@gmail.com
Ya era Primero de Enero.
Enviado por mi mamá, me dirigí a la bodega, que estaba algo alejada de la casa, y fue allí donde escuché por Radio Progreso un ‘flash’ noticioso en que invitaban a a escuchar una noticia ‘muy importante para todo el pueblo’.
Unos clientes de Enrique, el dependiente, comentaban con él, que según decían: ‘Batista se había ido’; y un boletín más, anunciaba efectivamente que el Dictador Fulgencio Batista había huido del país en aquella madrugada. Radio Progreso continuaría informando.
A toda velocidad partí, conminado por el dependiente Enrique, que pensaba que un niño no podía estar en la calle en circunstancias como aquella; pero iba cargado, llevaba un botellón de manteca que pesaba muchísimo.
Cuadras mas adelante, - en una casa que tenían el radio a toda voz -, escuché de nuevo que Radio Progreso establecería contacto con CMKC y Radio Rebelde en Santiago de Cuba, y aceleré la marcha.
Fue entonces cuando tratando de levantar mi carga al hombro, dio contra una pared y... cuando llegué, lo que me salvó fue la noticia.
Se hicieron los contactos de Radio Progreso con CMKC y Radio Rebelde, por donde escuchamos por primera vez claramente la voz de Fidel Castro Ruz, a Violeta Casals y todos los compañeros de la emisora de la Sierra.
Luego vinieron las canciones revolucionarias. La marcha del 26 de Julio, El Indio Naborí con su reconocida poética y su Primero de Enero,( ‘las sombras se han ido.. Fidel fidelísimo retoño martiano.. etc.): y las muestras de solidaridad, como Daniel Santos cantando aquella emblemática pieza suya, ‘Sierra Maestra’, una ranchera que clamaba por el triunfo de la Revolución y muchas formas mas de efervescencia revolucionaria.
También algunas canciones de la célebre agrupación isignia de Radio Rebelde, ’El Quinteto Rebelde’, formaron parte de aquella gran fiesta que se armó espontáneamente.
Enseguida se desarrolló la gran manifestación popular. Bayamo hervía, como toda Cuba, según veíamos en los escasos televisores que existían en mi barrio.
A la vista de los demás, - entre ellos mis hermanas Isel y Dubel -, mi otro hermano, Edel, escaló una columna de concreto que estaba frente a la casa y colocó allí dos banderitas: Una del Movimiento 26 de Julio y otra Nacional. Aquello me parecía un poco precipitado, pero Papá, Luis Felipe Lachataignerais Calderín, siempre era sabio: recomendó a su hijo mayor: ’Déjalo, si no fuera así, la Radio no estaría tan alegre. Yala noticia lo dice todo’
De momento descubrimos que todos estábamos corriendo por las calles siguiendo a mi mamá y todos unidos saludábamos a los rebeldes, gentes vestidos de verdeolivo, con las barbas largas, el pelo también... y un fuerte olor a monte...
Mamá besaba a uno y a otro. Mis hermanas mayores Berta y Amelia, también saludaban eufóricas. Nosotros, los más pequeños mirábamos y admirábamos.
No sé cuanto duró aquello. Tampoco cuando comimos, almorzamos y nos bañamos. Siempre me ha parecido que aquel primero de enero, no hubo tiempo para esas formalidades cotidianas.
Corrimos de un lado a otro porque la gente decía: ‘Ahí viene Fidel’, y se iba de aquí para allá y de allá para acá, buscándolo. Lo escuchamos en Santiago de Cuba en su memorable discurso, en que dijo que esta vez loa mambises si entraron en Santiago de Cuba. Y sabíamos que iba para Bayamo. Por eso era la búsqueda.
Entonces había un capitán de apellido Bárzaga que se parecía mucho y la gente cada vez que lo veía iba detrás de él.
Así pasamos el Primero de Enero. La mañana de Sol suave y ardiente me llagaba distinto. La noche cálida en medio del frío por tanta agente en la calle. Lo disfrutamos muchísimo. De modo que dormimos a plenitud esperando que llegara el segundo día de la Revolución, que nos traía las nuevas sorpresas que LAKASTAGNER también contará.

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