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LOS DIAS GLORIOSOS DE PLAYA GIRÓN

LOS DIAS GLORIOSOS DE PLAYA GIRÓN

 

Por: Joel Lachataignerais Popa

          jlpopa@enet.cu  joecklouis@gmail.com

 

Recientemente, en el congreso de la UJC, Raúl anunció que el año venidero celebraremos por todo lo alto el 50 aniversario de la gran derrota militar yanqui en América Latina, sufrida tras el embarque mercenario de playa Girón, aquello que la mafia cubano americana prefiere llamar Bahía de Cochinos.

Es un acontecimiento que  -como todos aquellos de la guerra de independencia del Siglo XIX y de la lucha contra Batista- conviene recordar y mantener frescos, pues la Historia se necesita como sabia que alimenta la sangre.

Hace 49 años los jóvenes estábamos inmersos en la gran campaña de alfabetización, en la organización de los pioneros y la Asociación de Jóvenes Rebeldes, para apoyar, de cuantos modos fuera posible, el proceso revolucionario emprendido el 26 de Julio de 1953.

Los jóvenes de la época tomaron las fábricas, talleres, centros laborales de todo tipo y se propusieron incrementar las producciones, los servicios; otros marcharon a la campaña e alfabetización y se hicieron fuertes allí en sus zonas de acción con sus alumnos.

Fidel denunciaba al mundo la invasión mercenaria. Fue uno de sus combatientes allí en toda aquella zona de la Ciénaga de Zapata; dirigió las acciones, y disparó certeramente desde un tanque sobre un barco norteamericano, para de esa forma sentencias la acusación.

Aquellos, carentes de ideología y de identidad lógica, sólo guiados por la ambición, el odio y el deseo de matar, no tuvieron la fuerza suficiente. Para ellos lo más importante era que el Gobierno de Estados Unidos se apoderara de Cuba. Por eso cuando en el mismo fragor del combate vieron de cuerpo presente a Fidel, flaquearon. Sí, porque sus jefes estaban allá a noventa millas esperando a que sus soldaditos vencieran o murieran.

Fueron días luminosos aquellos tres de abril de 1961. Días coronados con el triunfo en menos de 80 horas. Guerra fugaz  como la que se debe hacer a estos terroristas mercenarios parapetados en la intransigencia, para hacerlos recoger el polvo del suelo patrio anegado en sangre. Lo deben recordar los que ahora agitan el odio con la mentira, a través de los medios de difusión masiva, con la misma insidia de siempre. Los cubanos herederos de los que en el Siglo XIX abrieron el camino, mantenemos la bandera y la espada en alto, porque  la única condición posible, está jurada: Patria o Muerte, Venceremos.

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