INOLVIDABLE ENCUENTRO CON EL TENOR CUBANO MARIO TRAVIESO
Por: Joel Lachataignerais Popa
jlpopa@enet.cu joecklouis@gmail.com
Foto: Verônica Paz
El significativo tenor cubano Mario Travieso, se encuentra festejando sus cincuenta añosde vida artística. Para ello el once de junio emprendió una gira por toda Cuba. Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma, disfrutaron de su excelente voz en los primeros momentos del recorrido.
“Aquí estoy en confianza, ustedes no me lo creerán, pero esta es mi tierra”, dijo Travieso, quien de origen matancero, hace más de veinte años se ha declarado amante profundo de Las Tunas, adonde viaja cada año para las jornadas de la música de concierto que se realizan en tierras de ”El Cucalambé”, cada octubre.
Antes de comenzar su diálogo de canciones con un selecto público que lo admira siempre, Mario recordó pasajes de su vida y expresó que cierto día se trasladaba a su casa con su pequeño nieto de cinco años bajo un sofocante sol, que hijo exclamar al niño cuando llegó a la casa: “Al fin estamos en la casa”.
Así mismo dije cuando llegué a Las tunas: “Al fin llegué a mi casa”. Y agregó con su pequeña voz de hablar – que se transforma poderosa cuando canta- : “”No es una hipocresía: Yo le profeso a esta tierra un cariño especial, y a ustedes que son un público exigente. Por eso estaré aquí en la jornada de Concierto de Octubre, que se dice estará dedicada mí”.
Acompañado con la proverbial profesión de la joven Vilma Sofía Garriga, el matancero ofreció su arte y como de costumbre arrancó largos aplausos. El ambiente se coronó con Rival de Agustín Lara, Yo sé de un beso de Eduardo Sánchez de Fuentes, Solamente una vez, de Agustín Lara y otras,
Compartió el escenario, también en rol de acompañante, el guitarrista tunero, Felix Ramos Acosta, quien previamente ofreció dos piezas suyas ya antológicas: destacándose con María dedicada a la nieta más pequeña; luego compartió honores con la jovencita Vilma Garriga, con una versión de Alma Llanera que vibró y conmocionó al público. Conseguimos escuchar piano de magisterio acompañando a una guitarra que emitía el gusto del sonido de un arpa.
Vilma Garriga mostró sus dotes como solista al piano quien en un intermedio se dejó escuchar virtuosa, con Para Elisa, que el público premió con salvas de aplausos puesto de pie.
Después volvió a escena Travieso. Ahora trajo Mi amor, de Pablo Milanés y encendió la tarde veraniega con su versión de Estrellita de M. Ponce, para cerrar con un Padre nuestro de Albert Bay Malotte, que estremeció la sala de conciertos del Museo Provincial, Mayor General Vicente García.
Travieso y Félix Ramos comentaron que Bayamo les resultó maravilloso, “Granma en general, como Guantánamo y Santiago de Cuba; pero lo que mas llamó la atención fue la sala de conciertos de Jiguaní, levantada con esfuerzo popular y donde ya hay un público fuerte, como en Manzanillo y Bayamo, pero en Las Tunas.
Lo espectacular fue la noble sencillez de este matancero que se proclama tunero, cubano de raíz, quien dedicó la jornada al día de los padres, y ratificó que “a lo mejor yo vuelo algún día, pero si yo vuelo, cuando vuele, vendré para aquí con ustedes”
0 comentarios