EL MISMO SILVIO DE SIEMPRE

Por: Joel Lachataignerais Popa

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Silvio Rodríguez nos tiene acostumbrados a esas manifestaciones magistrales que le salen de su profunda cubanía y de un alma musical como poética, que se adentra en el corazón de la humanidad con filtro universal. Con sus canciones, Silvio nos ha llevado de la mano y nos pone a reflexionar sobre temas tan profundos como la libertad, el amor, la guerra, o en los cambios sociales que se han sucedido en los últimos 52 años, como cuando anunció a viva voz que la Era comenzaba a parir un corazón. Escucharle, es acudir a música elaborada con alto contenido de patrimonio nacional, letras extraídas del sentimiento humano, como en Jerusalén año Cero Sueño con serpientes y Sólo el amor. Aún cuando en oportunidades disfrutemos de un son, como en Canción Urgente para Nicaragua. Silvio sigue siendo el mismo Silvio de siempre. Por eso se adentra en el corazón de todos y deja su impronta donde menos se lo piensa. No hace mucho emprendió un proyecto muy humano con otros artistas, escritores, fotógrafos, periodistas y pintores – caricaturistas entre ellos – y visitó un grupo de centros penitenciarios de las catorce provincias y el municipio especial Isla de la Juventud. He leído que así como el que no quiere las cosas, la prensa internacional, notifica sus éxitos de la actual gira iniciada en Puerto Rico y que aún continúa en Estados Unidos. Y, con esa misma fórmula, dicen que el público norteamericano aplaude con delirio su presencia, corea las canciones como en los versos que dicen: “Seamos un tilín mejores y mucho menos egoístas”. También dieron espacio al reclamo de Silvio cuando manifestó: “Estamos a unas cuadras de la Casa Blanca, con todo respeto, señor Obama, libere a nuestros héroes”. Recordé mi época de recluta en el Servicio Militar. Aquél delgado y desconocido joven que guitarra en manos deleitaba a sus compañeros y pensé en uno de sus más reconocidos títulos OJALÁ y en la letra de otra canción no menos universal: FUSIL CONTRA FUSIL.