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EL COMIENZO DE UNA REVOLUCION

EL COMIENZO DE UNA REVOLUCION

 

Por: Joel Lachataignerais Popa

jlpopa@enet.cu  jjlpopa@gmail.com

  Por estos días los cubanos vivimos los días post Matthew, el poderoso huracán categoría 4 que arrasó con zonas  situadas en la geografía más oriental del país. Y hemos retenido en la memoria aquellas escenas de dolor que nos deja, comparándolas con los infernales momentos en que todos fuimos novatos en 1963, azotados por el ciclón Flora, en un periplo bastante similar.

Traemos a la memoria que 53 años atrás el diez de octubre nos resultó una efeméride de ratificación de la conciencia que hoy se ratifica entre los cubanos y de modo muy especial por los baracoenses, vecinos de Maisí, las zonas aledañas el lugar histórico por donde desembarcó José Martí en 1895 en Playita de Cajobabo y toda la región de Guantánamo.

Al rememorar hoy la fecha en que Céspedes se alzó, es meritorio recordar también las palabras pronunciadas por Fidel en la noche del 10 de octubre de 1968, cuando celebramos los Cien Años de lucha. Veamos y reflexionemos algunos fragmentos de aquel discurso, que como clarinada permanente, destacan vigente determinación de firme decisión y combate:

“…nuestro pueblo conmemora aquella fecha al cumplirse cien años.  Y este primer centenario del inicio de la lucha revolucionaria en nuestra patria es para nosotros la más grande conmemoración que ha tenido lugar en la historia de nuestro país.   

¿Qué significa para nuestro pueblo el 10 de Octubre de 1868?  ¿Qué significa para los revolucionarios de nuestra patria esta gloriosa fecha?  Significa sencillamente el comienzo de cien años de lucha, el comienzo de la revolución en Cuba, porque en Cuba solo ha habido una revolución: la que comenzó Carlos Manuel de Céspedes el 10 de Octubre de 1868 (APLAUSOS). Y que nuestro pueblo lleva adelante en estos instantes.   

No hay, desde luego, la menor duda de que Céspedes simbolizó el espíritu de los cubanos de aquella época, simbolizó la dignidad y la rebeldía de un pueblo —heterogéneo todavía— que comenzaba a nacer en la historia.   

Fue Céspedes, sin discusión, entre los conspiradores de 1868 el más decidido a levantarse en armas.  Se han elaborado algunas interpretaciones de su actitud, cuando en la realidad su conducta tuvo una exclusiva motivación.  En todas las reuniones de los conspiradores Céspedes siempre se había manifestado el más decidido.  En la reunión efectuada el 3 de agosto de 1868, en los límites de Tunas y Camagüey, Céspedes propuso el levantamiento inmediato.  En reuniones ulteriores con los revolucionarios de la provincia de Oriente, en los primeros días de octubre, insistió en la necesidad de pasar inmediatamente a la acción.  Hasta que por fin el 5 de octubre de 1868, en una reunión en el ingenio —si mal no recuerdo— “Rosario”, los más decididos revolucionarios se reunieron y acordaron el alzamiento para el 14 de octubre”. 

En aquel discurso Fidel desarrolla esta tesis; explica las estrategias seguidas por los revolucionarios de entonces, fundamenta como el proceso de lucha forja al pueblo y de él salen los grandes jefes, como Antonio Maceo, Ignacio Agramonte, Calixto García, Máximo Gómez y otros; evoca la capacidad de enfrentarse al enemigo, aún cuando se propone una paz amañada en el denominado Pacto del Zanjón que destroza Antonio Maceo con su gesto de hierro y destaca cómo, de los análisis de estas situaciones emerge José Martí, como principal ideólogo revolucionario, para preparar la guerra necesaria. 

Así lo destaca: Y debemos decir que nuestra patria cuenta con el privilegio de poder disponer de uno de los más ricos tesoros políticos, una de las más valiosas fuentes de educación y de conocimientos políticos, en el pensamiento, en los escritos, en los libros, en los discursos y en toda la extraordinaria obra de José Martí.   

Y a los revolucionarios cubanos más que a nadie nos hace falta tanto cuanto sea posible ahondar en esas ideas, ahondar en ese manantial inagotable de sabiduría política, revolucionaria y humana.   

No tenemos la menor duda de que Martí ha sido el más grande pensador político y revolucionario de este continente”. 

Aquel 10 de Octubre de 1968, Fidel en profunda clase de historia de Cuba, explica las luchas de Martí por evitare que Cuba –como la América toda- caigan en manos de los Estados Unidos; cómo oportunamente los Estados Unidos intervienen en nuestra victoriosa guerra mambisa, distorsionan el camino, y al amparo de la intervención militar y de la Enmiende Platt comenzaron sin escrúpulos de ninguna índole a amañar la república y a preparar las condiciones para apoderarse de nuestra patria.

Significó cómo de modo oficial se intentó enseñar a los cubanos de la época en las escuelas que fueron los norteamericanos los que nos liberaron y promovió que realmente los que están llamados y tienen que ser los más interesados en divulgar las realidades de la historia, conocer esas realidades y esas raíces, son los revolucionarios.

El Comandante en Jefe el 10 de octubre de 1868 dignificó las luchas de los mambises contra la esclavitud y significó que aquellas luchas son tan válidas como las actuales porque si la esclavitud era una institución salvaje y repugnante, explotadora directa del hombre, el capitalismo era también igualmente una  institución salvaje y repugnante que debía ser abolida.

Hay momentos en el discurso de Fidel aquel 10 de Octubre que no podemos olvidar, porque ratifican que nuestra revolución es el resultado de aquellos gestos de 1868:

 

“Hoy nuestro pueblo se enfrenta a corrientes similares, a las mismas ideas reaccionarias revividas, a los nuevos intérpretes del autonomismo, del anexionismo; se enfrenta a los proimperialistas y a los imperialistas.  Pero se enfrenta en condiciones muy distintas”. 

“La Guerra de los Diez Años, como decía Martí, no se perdió porque el enemigo nos arrancara la espada de la mano, sino porque dejamos caer la espada.  Después de diez años de lucha, enfrentados al imperialismo, ¡ni el imperialismo ha podido arrebatarnos la espada ni nuestro pueblo unido dejará jamás caer la espada! “ (APLAUSOS.) 

“Porque la Revolución es el resultado de cien años de lucha, es el resultado del desarrollo del movimiento político, de la conciencia revolucionaria, armada del más moderno pensamiento político, armada de la más moderna y científica concepción de la sociedad, de la historia y de la economía, que es el marxismo-leninismo; arma que vino a completar el acervo, el arsenal de la experiencia revolucionaria y de la historia de nuestro país”. 

Fuimos el último en comenzar, es cierto, pero hemos llegado tan lejos como nadie.  Hemos erradicado el sistema capitalista de explotación; hemos convertido al pueblo en dueño verdadero de su destino y de sus riquezas.  Fuimos el último en librarnos de la colonia, pero hemos sido los primeros en librarnos del imperio (APLAUSOS).  Fuimos los últimos en librarnos de un modo de producción esclavista; los primeros en librarnos del modo de producción capitalista, y con el modo de producción capitalista de su podrida estructura política e ideológica.  Hemos echado abajo las mentiras con que pretendieron engañarnos durante tantos años.  Estamos reivindicando y restableciendo la verdad de la historia…”

El diez de Octubre es uno de los puntos más luminosos de nuestra Historia, esa luz que junto los caminos desde Hatuey hasta nuestros días.

 

 

 

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