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EL PRESIDIO POLITICO DE JOSÉ MARTÍ (2)

EL PRESIDIO POLITICO DE JOSÉ MARTÍ (2)

Por: Joel Lachataignerais Popa

        jlpopa@enet.cu  joecklouis@gmail.com

 

 

Como se ha dicho antes: El cuatro de marzo de 1870 habían transcurrido casi cinco meses de prisión para José Martí Pérez, Fermín Valdés Domínguez  y sus compañeros. En apenas ciento cincuenta días, el Gobierno de España mediante su representante en Cuba, no tuvo tiempo de definir una decisión. Entonces es que se produce el Consejo de Guerra Ordinario que votó por unanimidad para aprobar la condena de seis años de prisión para José Martí, deportaba a Eusebio Valdés Domínguez y a Atanasio Portier y sanciona a seis meses de arresto mayor a Fermín Valdés Domínguez.

Cinco días después, el Auditor de Guerra de La Habana, decide que lo acordado se cumpla, pero anula la sanción de Atanasio Portier y ordena que este sea juzgado nuevamente en plenario por un fiscal. En la misma determinación, envía a Fermín Valdés Domínguez a cumplir su arresto en la Fortaleza de La Cabaña y declara sobreseído el proceso seguido contra Santiago Balbín y Manuel Sellén.

El día 22 de marzo, en la cárcel Nacional, José  Martí recibe la notificación de condena junto a los hermanos Eusebio y Fermín Valdés Domínguez, pero no es hasta nueve días más tarde que le indican el sitio donde va a pasar sus seis años de condena: El Presidio Departamental de La Habana, donde radican juntos el presidio y la cárcel, pero el traslado hacia ese lugar no se cumple hasta el 4 de abril, cuando le destinan a la Primera Brigada de Blancos.

Allí le colocan el número 113 y toman la información personal que lo registran como soltero, diecisiete años de edad, regular de estatura; color ‘bueno’; cara, boca y nariz regulares, ojos pardos, pelo y cejas castaños; barba lampiña y, entre otra señas particulares, se indica una cicatriz  en la barba y otra en el segundo dedo de la mano izquierda.[1]

Al día siguiente le cortan el cabello y se viste con ropas de presidiario; le fijan en el tobillo de la pierna derecha un grillete, unido a la cadena que presiona su cintura y es destinado a trabajar en las canteras de la prisión, conocidas como Canteras de San Lázaro. Cada amanecer el niño de sólo 17 años, José Martí Pérez, es conducido junto a otros prisioneros, a este lugar en el cual ha de permanecer trabajando hasta doce horas bajo el sol con la exigencia de duras faenas.

Sus padres realizan gestiones para aliviar las penas del hijo. Doña Leonor Pérez, mujer educada, letrada y con cierta facilidad para escribir y regirse por esa vía, se dirige al Gobernador Superior Civil solicitando indulgencia para el menor de edad, y el padre Mariano Martí, hace gestiones ante el arrendatario de las Canteras, señor José María Sardá, pidiéndole que se dirija a su amigo el Capitán General de la República y le pida atenuar el castigo que recae sobre su primogénito. 

Es muy conocida la fotografía en que José Martí aparece con ropas de prisión, sin pelo, de pie con el grillete en el tobillo, en la cual expresa una dedicatoria a su madre, Doña Leonor: Mírame, madre, y por tu amor no llores:/Si esclavo de mi edad y de mis doctrinas,/Tu mártir corazón llené de espinas,/Piensa que nacen entre espinas flores”, Este regalo lleva la fecha de agosto  28 de 1870.

Poco después es trasladado de sitio para otro donde le sea menos dolorosa la actividad en la cárcel y finalmente lo disponen para La Cabaña, enfermo y con los ojos afectados por la cal. Entonces el Capitán General, conmuta la condena y lo envía para Isla de Pinos – hoy Isla de la Juventud – adonde llega en calidad de deportado el 13 de octubre de 1870.

José María Sardá, quien lo toma bajo protección, lo lleva para su finca conocida como EL ABRA, y allí Martí  convive con la familia del apoderado durante  dos escasos meses hasta que  parte hacia La Habana el 18 de diciembre, después de que Doña Leonor suplica al Gobernador General que le conceda permiso a su hijo con el fin de  marchar a España y que pueda estudiar. En diciembre realiza una furtiva visita a la prisión donde antes estuvo, al parecer para despedirse de sus amigos y luego sale con destino a España.

Durante 1871, en Madrid,  escribe “El presidio Político en Cuba”, donde describe los dolores vividos en prisión. Hay un párrafo que aparece al final de esta obra, muy oportuna ahora, para quines como René, Fernando, Gerardo, Ramón,  Antonio, y cientos de miles de luchadores por la paz, permanecen injustamente en prisión; refiriéndose a España, - como hoy los CINCO y otros muchos, pueden referirse a Estados Unidos - escribe Martí casi al final de su obra: Ahora, los padres de la patria, decid en nombre de la patria que sancionáis  la violación más inicua de la moral, y el olvido más completo de todo sentimiento de justicia”[2]

¿Qué dirían entonces los periódicos norteamericanos y españoles sobre todo esto?.



[1] Esta información que aparece registrada en José Martí cronología1853 – 1895 de Ibrahim Hidalgo Paz, Editorial de Ciencia Sociales, La Habana 1992.

[2] José Martí, Obras Completas, T. 1, pagina 74, Editorial Nacional de Cuba, 1984.

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